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Libro-portada

Almadías por el río Eska, c. 1930. Marqués de Santa María del Villar.

El Pirineo ha encontrado sus fuentes de riqueza en el ganado y, en segundo lugar, en su arbolado, o sea, la madera. En la zona occidental de esta cordillera cabe destacar las selvas del Quinto Real, el Irati y Belagoa-Belabarze donde las hayas pueden llegar a alcanzar alturas considerables. No es de extrañar, por lo tanto, que su madera y su comercialización fuera una explotación floreciente hasta tiempos muy recientes. Esa riqueza forestal propició la aparición de un oficio entre las gentes de la Montaña: el almadiero. En Navarra se denominaba almadía a la balsa compuesta por troncos de madera destinada a su conducción por los ríos. Su trayecto se desarrollaba desde los señalados bosques pirenaicos hasta diferentes enclaves incluso de Cataluña donde se hallaban los astilleros cercanos más importantes. Hay que tener en cuenta que los antiguos caminos reales hacían difícil el acceso de carros y galeras hasta los bosques de la alta montaña. Es por ello, que resultaba mucho más rápido y fácil el transporte de los troncos por el cauce fluvial. Así, autores como Balcells nos señalan que las primeras referencias documentales del tránsito almadiero por los ríos navarros datan del siglo XIV. En los primeros tiempos iban comandadas por nabateros aragoneses y no fue hasta mediados del siglo XVII cuando se empezaron a explotar los montes pirenaicos por sus propios vecinos ya como almadieros. (más…)