La amenaza de la avispa velutina y, sobre todo, el abuso de los pesticidas y sus efectos han logrado que algunas personas se conciencien del peligro que corren las abejas y las consecuencias que acarrearía su extinción.
El presente apunte trata, no obstante, de una antigua costumbre, desvanecida entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, según la cual había que comunicar a las abejas la muerte del dueño o dueña de la casa. Evidentemente estamos hablando de un tiempo en que los caseríos, mayoritariamente, disponían de colmenares. (más…)
En todas las localidades del interior hemos conocido personas que bien por curiosidad o por herencia cultural han sido colmeneros o apicultores. Joxe Mari Gabaro, por caso, nacido en el caserío Gabaro de Markina (Bizkaia), tenía en propiedad colmenas de las que extraía miel. En esta villa al apicultor se le dice erle-maisua, palabra compuesta, a la manera de ontzi-maisua ‘contramaestre’, por erle ‘abeja, enjambre’ y maisu ‘maestro’, literalmente ‘maestro de abejas’. (más…)
En el Valle de Carranza, desde tiempos inmemoriales y hasta hace apenas unas décadas, el habitáculo utilizado en los colmenares para la cría de las abejas ha sido la colmena vertical y fija conocida como cepo. Tipo de colmena fabricada con un tronco de árbol, hueco o vaciando el mismo, donde las abejas fabrican las tástanas o panales fijos a sus paredes. Habitáculo que también se construía con tablas, supliendo así en determinados momentos la falta de troncos proporcionados por árboles. (más…)
Entre el patrimonio etnográfico que por tierras del Valle de Carranza se encuentra en los montes de Ordunte, destacan los restos de un vetusto colmenar ubicado en el lugar conocido como Los Cepos Vinagre, en la jurisdicción del concejo de Pando. (más…)