El que los vecinos de un barrio realicen determinados trabajos que afectan al común se conoce en las localidades vascófonas como auzolana. En tiempos pasados fueron más habituales estas labores porque las diputaciones forales y los propios municipios cubrían menos necesidades, en tanto que hoy día sus presupuestos tienen mayor alcance. Era una prestación obligatoria exigida a los vecinos para obras o servicios de utilidad común que también se conoce y practica en localidades alavesas donde se la conoce como vereda. (más…)
En otro tiempo, cuando la estructura de los caseríos (etxeak) aún era de madera, la libre estabulación en las tierras comunales (herriko lurrak) estaba regulada. Se construyeron recintos (borda-barrukiak) que los animales utilizaban como refugio natural (del calor, moscas…). El Fuero de Lapurdi, Título III Artículo I, dice: “En Lapurdi cada parroquia tiene y posee tierras comunales y vecinales entre todos los parroquianos” donde pueden pastar los animales de “cierta condición y número”. “Se permite también construir cabañas, alojamiento y cercados para acoger ganado, pastores y guardas”, sin más exigencia que las obligaciones comunes a cualquier “asentamiento humano”. Además del respeto de la propiedad privada citaremos el libre acceso, la dedicación exclusiva al pasto, el respeto del sistema de veto, la protección de árboles y bosques, etc. Dicho entorno evolucionaría forzosamente, aquí y en todas partes. (más…)