Nuestra sociedad tradicional, varias generaciones atrás, se basaba en el autoabastecimiento y apenas circulaba dinero. Muchos pagos se hacían en especie y era común el trueque entre vecinos. Algunos productos había que comprarlos: la sal, el azúcar, el aceite o el tabaco. En nuestro territorio se han conocido varias poblaciones con salinas, así que los habitantes de su entorno estaban abastecidos. Hubo tiempos en que se cultivó tabaco o bien los aficionados a fumar aprovechaban algunas especies vegetales que tenían a mano tras pasar por un periodo de secado. Como papel para liar estos restos vegetales se empleaban las brácteas más finas de la mazorca, las que están en contacto con los granos. En el sur de Vasconia se cultivaban olivos, así que el aceite no suponía ninguna limitación. En el resto, en caso necesario se sustituyó por grasas animales: sebos y mantecas. El azúcar, que se utilizaba poco, se podía sustituir por miel. Así que en determinados periodos de carencia, la casa de labranza casi podía ser autárquica desde el punto de vista de la alimentación. (más…)
El método más sencillo y más antiguo ha sido la utilización de la fuerza humana para el transporte. Así, se llevaban al hombro cargas de hierba del prado a la casa y si era necesario se levantaban al camarote. Posteriormente los cestos ayudaron en esta labor, y las carretillas facilitaron y agilizaron el transporte de determinadas cargas de zonas próximas a la casa. Los líquidos se transportaban en recipientes colocados en sendas muescas practicadas en los extremos de un palo algo curvo. (más…)