Dentro de la cultura pastoril, dentro de su etnografía y sobre todo dentro de la artesanía que rodea al oficio de pastor, hay piezas y objetos que no necesitan presentación, mientras que a otros les pasa todo lo contrario, no tanto porque no las conozcamos sino porque con frecuencia desconocemos su nombre. Entre estas últimas están las canablas, en otros sitios también conocidas como cañablas.
Nos estamos refiriendo a esos collares que lleva el ganado abrazando su cuello, que son los que les permiten a ovejas, cabras, vacas y caballerías llevar colgando el cencerro para que se les oiga, se les identifique y se les ubique. Son piezas que tienden a pasar desapercibidas, no en vano lo llamativo es el objeto que cuelga de ellas. Y ahora, en estas líneas, nos vamos a centrar en las construidas con madera por los propios pastores, a las que poco a poco las correas de cuero van arrinconando, siendo probable que a corto o medio plazo veamos desaparecer.