Acabamos de cambiar de estación y nos hemos metido de lleno en la primavera, aunque a veces la meteorología se empeñe en decirnos lo contrario. La llegada del equinoccio conlleva unos cambios que cualquiera puede percibir: el día va robando horas de luz a la noche; aparecen tímidamente las primeras flores; los árboles renuevan sus brotes y sus hojas volviendo a vestirse de verde; allí donde hay nieve comienza el deshielo y el agua corre a sus anchas por doquier y poco a poco vamos dejando de lado las inclemencias del invierno. (más…)