Tratamos aquí de la guadaña, kodainea, utilizada en los caseríos. Es una herramienta agrícola compuesta de dos piezas: un palo o mango, normalmente rígido, astea, que en tiempos pasados se fabricaba de cepa de castaño y después con fresno, leizarra. En él va inserta y sujeta una hoja o cuchilla curva, agoa, que sirve a la vez para manipular la herramienta. Para manejarlo, dispone además de dos pequeños agarraderos. Se adquiere en las ferreterías.
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Amama disfrutaba tomando el sol sentada en el andaputxu de casa. Nuestro caserío es frío en verano, y en invierno no digamos nada.
Al andaputxu no se salía a tomar el sol sin más. También se aprovechaba, cómo no, para realizar pequeñas labores. Bien sabemos quienes vivimos o hemos vivido en un caserío, que siempre hay algo que hacer, hasta cuando descansamos.
Allí se secaban las mazorcas de maíz y la alubia, y allí mismo se desgranaban. Allí se separaban y limpiaban las avellanas recién recogidas. En tiempo de tomate, allí se pelaba, se troceaba, para más tarde cocerlo y después embotarlo. Y los días festivos, dejando por fin a un lado el trabajo, cuando alguna invitada o algún vecino venía, allí se le daba la bienvenida, se charlaba y se tomaba el aperitivo. Es por eso que nos esmerábamos en cuidarlo y adornarlo con flores.
Ahora:
Vivo en una explotación agropecuaria con el consiguiente número en el REA (registro de explotaciones agrarias). Todas las mañanas, nada más levantarme, arranco mi particular planta de valorización energética que funciona con biomasa de producción sostenible que contribuye a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y por tanto contrarresta el cambio climático. (más…)
La distribución interna de la casa, en tiempos pasados, respondía a las necesidades de sus moradores y a la labor que desempeñaban. Así pues, en los casos en los que la actividad principal era la ganadería, la cuadra, cuya denominación euskérica más extendida es ukuilua, solía ocupar toda o gran parte de la planta baja. En algunas casas de labranza los pesebres, o askak, del ganado estaban emplazados en la pared que se alzaba entre la cuadra y la cocina o el pasillo, desde donde se podían depositar en ellos forraje u otros alimentos. En cualquier caso, el calor de los animales ayudaba, y mucho, a mantener la casa caldeada. (más…)