Los topónimos designan lugares: casas, calles, arroyos, barrios, montes, parajes, etc. Nos ofrecen un testimonio sobre nuestra ciudad y nuestro entorno, aportando infinidad de datos, características geográficas, históricas y etnográficas. Y no solo habla del entorno, de la sociedad y de la forma de vida, sino que también da cuenta del idioma.
Es por ello que debemos velar por la preservación de la misma, al igual que lo hacemos con los demás elementos que conforman el patrimonio cultural inmaterial. Aún más si tenemos en cuenta lo rápido que está cambiando la sociedad, lo rápido que estamos avanzando. Y es que, en las últimas décadas, la creciente urbanización del territorio está provocando la pérdida de nombres de muchos lugares; y a su vez, la creación de otros nuevos.