La forma fidedigna, no la de la rumorología, que en tiempos pasados tenían en muchas poblaciones de enterarse de algunos acontecimientos importantes de la vida social era a través de la parroquia. Como la asistencia a los actos religiosos era mayoritaria, sobre todo a la misa dominical, en ella se daba cuenta de las proclamas con las que se hacía público el anuncio de los nuevos matrimonios; se notificaban asimismo los nombres de las personas fallecidas y el día y la hora en que tendrían lugar las exequias; y en la puerta del templo figuraba incluso la clasificación moral que se daba a las películas proyectadas en la localidad. (más…)
Yo nací en un entorno rural y viví toda mi infancia en una casa de labranza (lo que ahora muchos llaman caserío), integrado en una sociedad agraria y con una estructura familiar típica formada por la generación de los abuelos, la de los padres y la de los críos. Los padres pasaban el día trabajando con el ganado, así que a menudo los principales cuidados los recibíamos de los abuelos. De ellos aprendimos a atender a los animales menudos, a realizar las labores sencillas de la huerta, a fabricar útiles para nuestros juegos, a rezar, a cantar, a jugar a las cartas, y además nos hicieron partícipes de entretenimientos entre los cuales destacaba escuchar sus historias y los cuentos maravillosos que nos relataban. (más…)