En la casa tradicional los componentes de su estructura: tejado, paredes, puertas y ventanas, servían para proteger el fuego del hogar, que era el elemento principal de la casa sin el cual no podía entenderse la vivienda, refugio de la familia. De todas las inclemencias atmosféricas que acosaban al fuego doméstico y que la casa protegía, la más temida siempre fue el viento fuerte, capaz de propagar esas llamas y sus chispas a la estructura protectora y que acabasen devorándola por ser mayoritariamente de madera. (más…)