En cualquier lengua podemos encontrar palabras increíbles, porque las palabras en sí son originales, expresivas, cambiantes, caprichosas… además entre esas flores orales las hay de muchas edades, tamaños, apariencia, color y significado. ¡Cómo no alucinar, pues, contemplando algunas de esas piezas maravillosas que ayer y hoy en diferentes lugares ha ido creando la inteligencia y creatividad humana! Hoy día se ha puesto de moda mostrar en las redes sociales palabras emblemáticas de diferentes lenguas, para disfrute de la gente. La idea es francamente buena. Pero en esos reels o vídeos cortos muchas veces se dan etimologías falsas o inventadas, debido a la obsesión por deslumbrar a la gente. No es esa nuestra intención. Aquí presentaremos siete palabras o expresiones del euskera, que tienen alguna particularidad que las hace especiales. Algunas de ellas las utilizamos con naturalidad en el día a día, a veces sin reparar en su valor intrínseco o en su belleza. Otras las utilizamos con menor asiduidad, a pesar de conocerlas. Y alguna de ellas puede incluso estar en vías de extinción, habiendo sido desplazada del uso por nuevas palabras y/o alteraciones en su significado. En cualquier caso, todas ellas son parte de nuestra lengua y ¡no vamos renunciar a ellas! Al contrario. Es un verdadero placer poder exponerlas en el escaparate, con el fin de que, por una parte, nos percatemos de su valor, y por otra, nos animemos a utilizarlas en lo sucesivo.
Léxico
Hemos dejado el léxico para el final de esta trilogía. La transmisión del léxico es muy interesante entre lenguas en contacto. Se pueden distinguir tres tipos de palabras. En primer lugar, habría palabras que no están en la lengua receptora y que se toman de la lengua emisora. En este caso, ciertos nombres de cosas, ideas o conceptos que no había en castellano se tomaron del euskera, a veces con adaptaciones fonológico-fonéticas, por ejemplo calderapeco. También se pueden tomar palabras comunes por su gran frecuencia en el día a día. En segundo lugar, se adaptan algunas palabras que ya existían en el lenguaje receptor, pero no sólo fonéticamente, sino también morfológicamente, sintácticamente o semánticamente, dando lugar a híbridos curiosos, por ejemplo, erderakaso. En tercer lugar, también surgen nuevas palabras, que no aparecen en ningún diccionario, como por ejemplo, chirene. Pero basta de palabras. Vayamos, sin extendernos, a conocer algunos de esos vocablos que, aunque provenientes del euskera, estaban ya insertados en el castellano de los alrededores de Bilbao para finales del siglo XIX, así como otros que surgieron de esa relación lingüística entre euskera y castellano. (más…)
En el primer apartado del artículo titulado Euskarakadak hablamos de cuestiones fonéticas, mientras que en este segundo nos centraremos en el área de la sintaxis.
Para hacernos una idea de lo que vamos a hablar, bastaría con recordar cómo hablaba el personaje Koldo Zugasti (el actor Karra Elejalde) en la película Ocho apellidos vascos: «Siempre me acordaba del cumpleaños tuyo; pero tampoco llamarte no iba a hacer, porque lo mismo igual te ponía incómoda o así…».
El euskera, al menos desde que lo conocemos, es una lengua pequeña en cuanto a número de hablantes y ámbito de uso, pero ha tenido que vivir junto a grandes lenguas a lo largo de toda su historia. Tuvo al celta y al ibérico de vecinos antes de que los romanos trajeran su lengua imperial a estos lares. El euskera vivió durante mucho tiempo junto al potente latín, y hoy día limita con las grandes lenguas francesa y española que son descendientes de aquel latín. La influencia antigua del latín es evidente en el euskera actual, tanto en el léxico como en la morfosintaxis. También la del castellano y el francés posteriores. ¿Pero acaso no ha dejado nuestro modesto euskera nada de huella en las grandes lenguas que le han rodeado?