En Bizkaia tenemos muchas ermitas y en casi todas ellas tienen lugar festejos el día o época de su santo. Además de los ritos religiosos, para celebrar la fiesta en comunidad, en la actualidad se organizan diversas actividades, como comidas populares, bailes o juegos. Entre estas actividades las competiciones son muy habituales, normalmente relacionadas con el deporte o la gastronomía. Pero hay campeonatos que no son tan comunes, ejemplo de ello es el concurso de txosnas que se organiza en el campo de Berbikez, en Gordexola, durante las fiestas de la ermita de San Cosme y San Damián. Hay que decir que, a pesar de que la advocación de esta ermita es San Juan Bautista, su festividad se celebra el 26 de septiembre, día de los mártires San Cosme y San Damián, y por eso muchos la conocen también por ese nombre.
No es nada extraña la presencia del vino y los pellejos destinados a su transporte en las celebraciones festivas del país. Dando nombre a danzas y recorridos (edate dantza), constatado en la referencia de las danzas cantadas o su presencia icónica en las festivas agrupaciones de juventud (zaragi mutilek, mutil ardoak, eskotekoak, etc.) que se asocian al uso habitual de estos pellejos y la habitual invitación festiva de vino a los asistentes. Por lo tanto, no es descabellada la idea de considerar al citado odre, inflado de aire y ya terminado, como un elemento simbólico de indicar a la comunidad el final del jolgorio festivo y la propensión a tomar el ritmo rutinario de las labores productivas cotidianas.
Sabido es que el ciclo festivo anual está constituido por celebraciones solares de fecha fija y festividades de carácter variable (regidas por la luna llena de Pascua de Resurrección). Además, dentro del conjunto de festividades se pueden diferenciar las denominadas fiestas mayores (San Juan, Corpus Christi, patronales, etc.), que son conmemoraciones de carácter genérico y gran importancia en las distintas liturgias cristianas. En oposición a las conocidas fiestas menores o celebraciones puntuales dedicadas a devociones localistas populares (santoral, apariciones marianas, milagros, rogativas, etc.) en barrios, barriadas o lugares de culto periféricos.
En este contexto, las fiestas patronales tradicionales se concentran en torno al verano (símbolo del tiempo de bonanza o abundancia) y en menor medida en el resto del año. La celebración de San Juan (24 de junio) da comienzo a este periodo y la de San Miguel (29 de setiembre) determina su final. En todas estas fiestas del estío, se refleja la estructuración social de la comunidad o sus organizadas interacciones, y se suelen regir por un esquema común y relativamente fijo que a continuación trataremos de desgranar.
La localidad riojano-alavesa de Oyón celebra la fiesta invernal más importante el 22 de enero. Honra a los santos patronos san Vicente y san Anastasio. Los festejos más relevantes son cinco: los revolcones del Cachi, la quema del marcho u hoguera, el canto de la aurora, la danza dedicada a los patronos, y la pirotecnia del torico durante la procesión. (más…)