A san Antonio Abad o san Antón (17 de enero) se le asocia a la vida eremita, a la fortaleza frente las reiteradas tentaciones del diablo y a la protección de los suidos que le acompañan en su clásica iconografía. Ganado y bestias domésticas en general a los que en su festividad se les solía dar una jornada de asueto. A su vez, se procedía a bendecirles haciéndoles pasar por encima de los restos humeantes del tronco de Navidad, atravesando un elemento protector colocado en el dintel de las cuadras, dándoles pan y agua bendecidos y si no, rodeando una ermita o iglesia bajo la advocación de su patrón.
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La distribución interna de la casa, en tiempos pasados, respondía a las necesidades de sus moradores y a la labor que desempeñaban. Así pues, en los casos en los que la actividad principal era la ganadería, la cuadra, cuya denominación euskérica más extendida es ukuilua, solía ocupar toda o gran parte de la planta baja. En algunas casas de labranza los pesebres, o askak, del ganado estaban emplazados en la pared que se alzaba entre la cuadra y la cocina o el pasillo, desde donde se podían depositar en ellos forraje u otros alimentos. En cualquier caso, el calor de los animales ayudaba, y mucho, a mantener la casa caldeada. (más…)
Nuestra sociedad tradicional, varias generaciones atrás, se basaba en el autoabastecimiento y apenas circulaba dinero. Muchos pagos se hacían en especie y era común el trueque entre vecinos. Algunos productos había que comprarlos: la sal, el azúcar, el aceite o el tabaco. En nuestro territorio se han conocido varias poblaciones con salinas, así que los habitantes de su entorno estaban abastecidos. Hubo tiempos en que se cultivó tabaco o bien los aficionados a fumar aprovechaban algunas especies vegetales que tenían a mano tras pasar por un periodo de secado. Como papel para liar estos restos vegetales se empleaban las brácteas más finas de la mazorca, las que están en contacto con los granos. En el sur de Vasconia se cultivaban olivos, así que el aceite no suponía ninguna limitación. En el resto, en caso necesario se sustituyó por grasas animales: sebos y mantecas. El azúcar, que se utilizaba poco, se podía sustituir por miel. Así que en determinados periodos de carencia, la casa de labranza casi podía ser autárquica desde el punto de vista de la alimentación. (más…)
Desde muy antiguo los pastores del Valle que pastaban sus rebaños en las laderas y los altos de los montes de Ordunte ubicados en Carranza (Bizkaia), además de aprovechar algunas cuevas y abrigos rocosos existentes en la zona, improvisaron pequeñas construcciones para guarecerse de las inclemencias meteorológicas y pasar las noches cuando la presencia del lobo suponía un grave peligro para las ovejas. (más…)