Tradicionalmente se ha cuidado del buen nombre de la familia y la memoria de los antepasados. Delante de terceros siempre se saca la cara a las personas unidas por vínculos de sangre y las acusaciones o reprensiones que hayan de hacerse se reservan al ámbito privado, pero nunca se airean. Las ofensas inferidas a una persona suelen afectar a la familia y todos los consanguíneos se sienten concernidos. (más…)