Los conocedores del trabajo que realizan hoy nuestros pastores pueden sorprenderse con este título, ya que quienes tienen que bregar con grandes rebaños no disponen de mucho tiempo para juegos.
Pero hablamos de algo que ocurría hace más de un siglo. Los rebaños de entonces apenas llegaban al centenar de cabezas. Además los pastores vivían en las chabolas de los pastos de verano con sus familias: mujer e hijos. (más…)