En el mundo rural el tiempo estaba regulado por el sol. Los campesinos no echaban en falta el reloj y apenas hacían uso de él. Las fiestas religiosas marcaban el calendario laboral del trabajo en la heredad, en el campo. Las fiestas estaban relacionadas con las cosechas, la finalización de labores como la trilla, la vendimia, la recolección…
Algunas festividades correspondían a santos universales (Juan, Pedro, Miguel, Marcos), otras eran de antigua implantación (Antón abad, Antonio de Padua, Ignacio de Loyola), también había grandes fiestas generales (Pascua de Resurrección, Asunción de la Virgen, san José, Todos los Santos) o de devoción local (Bartolomé, Blas, Marina). Algunas de ellas marcaban las labores agrícolas.
Cuenta la leyenda que una mujer regresaba caminando del monte con una carga de árgoma, le prendió fuego y se convirtió en la Luna.
Creen los agricultores, por experiencia, que este satélite de la Tierra tiene mucha incidencia en la vida agrícola. También las mareas están totalmente influenciadas por los ciclos lunares. (más…)
Se dice que en un tiempo el Sol y la Luna fueron marido y mujer. Cierto anochecer de Luna nueva el Sol, retirándose al ocaso, dijo con soberbia:
—La Tierra está cada vez más hermosa.
—Sí, ya me he dado cuenta —replicó la Luna. (más…)