En abril y mayo se impone la necesidad de buscar la protección de las florecientes cosechas y la dicha de la lluvia moderada. Es un tiempo jalonado de costumbres asociadas a la colocación de árboles o chopos pelados en plazas o altozanos (práctica que se suele prolongar hasta San Juan o las fiestas patronales), la figuración vegetal de mayos vivientes o peleles, la curiosa designación o elección de las virginales mayas o el singular matrimonio juvenil de mayos y mayas. (más…)