En el proceso de la recopilación de la memoria oral, sabemos que las fotografías, los objetos cotidianos o las cartas pueden funcionar como “disparaderos” de recuerdos, como herramientas que accionan la memoria individual y colectiva. A través de estos elementos y su capacidad evocadora, las historias capturadas en un espacio y tiempo concreto pueden ser nuevamente traídas al presente por quien los observa, incluso cuando estos recuerdos ya no están tan presentes en nuestra memoria cotidiana. (más…)
Un tema que siempre me ha interesado por lo desconocido y desconcertante que resulta, incluso para la ciencia, es el cerebro (humano) y su comportamiento a lo largo de la vida. Así que, con la animosidad que me caracteriza, voy a trazar una atrevida reflexión crítica.
Una de las principales diferencias entre el ser humano y el resto de los animales es la vivencia, diferente de la experiencia, que se conforma en un espacio temporal determinado y lo que esta provoca como recuerdo en la memoria: tan frágil como selectiva; tan física como psíquica en su concepción y proceso. No obstante, quien dice recuerdo, también dice olvido, producido por trastornos de la senectud, la enfermedad de Alzheimer, el deterioro cognitivo, etc.
Tradicionalmente se ha cuidado del buen nombre de la familia y la memoria de los antepasados. Delante de terceros siempre se saca la cara a las personas unidas por vínculos de sangre y las acusaciones o reprensiones que hayan de hacerse se reservan al ámbito privado, pero nunca se airean. Las ofensas inferidas a una persona suelen afectar a la familia y todos los consanguíneos se sienten concernidos. (más…)