El objeto de la fotografía es bien conocido por todos. Pero este es especial porque es el primero que se coloca en el Valle de Carranza (Bizkaia), donde yo vivo, una tierra que ha sido eminentemente rural. Forma parte de lo que se denomina ‘mobiliario urbano’. Las farolas nos las instalaron hace pocas décadas, para alegría de los murciélagos que vieron cómo se concentraba revoloteando su ración nocturna en torno a ellas, después trazaron algunas aceras y en la parte central y más baja del Valle, allí donde no reinan las vacas, pintaron unos cuantos ‘pasos de cebra’. (más…)
La sociedad urbana, moderna e hipertecnificada suele contemplar al mundo rural con la suficiencia de quien cree que aquel forma parte de una etapa ya superada, allí donde aún se conservan valores tradicionales anticuados y por qué no decirlo, obsoletos. Sin embargo pocos son los que se detienen a pensar que la actividad productora que se realiza en el campo, sobre todo cuando obedece a los modernos sistemas industrializados, es en realidad una proa social, el frente en el que se llevan a cabo ‘experimentos’ que tienen que ver con el control de los individuos y la maximización de la producción, y que sospechosamente antes o después son aplicados a las sociedades humanas. (más…)
Casi podría afirmar que mi padre nació en el neolítico atendiendo a algunos aspectos como los relacionados con el fuego, el aprovechamiento de los recursos silvestres, la fabricación de útiles con madera o algunas técnicas de cultivo. Hasta que de niño vio “venir la luz”, la única forma que conoció de alumbrarse y de cocinar era mediante el fuego. La llegada de la luz eléctrica supuso una auténtica revolución, de la que han nacido todos los demás cambios, incluido el que tiene que ver con lo digital. Yo nací al inicio de la década de 1960 en que se desataron todas las transformaciones ligadas a la mecanización. Mis primeras fotos muestran a un niño encaramado en un carro de madera arrastrado por una pareja de vacas. Mi propio abuelo, que de vez en cuando construía este tipo de carros para sus vecinos, había conocido la época en que se hacían íntegramente de madera, sin elementos metálicos. Muchos de mis compañeros de escuela son ahora ganaderos que producen leche de vaca por procedimientos de tipo industrial, algunos de ellos incluso recurren a robots para el ordeño de sus animales. Desde los albores de la agricultura hasta la infancia de mi padre, en el mundo rural se produjeron cambios a un ritmo pausado y creciente que nada tiene que ver con el paso de su generación a la mía, en que las transformaciones han seguido una progresión exponencial. (más…)