Es sabido que en la antigüedad distinguían el otium del negotium. La gente noble y de estatus elevado podía aplicarse al otium: disponía de tiempo libre para dedicarse a conversar, leer, escribir, labores artísticas… en tanto que los mercaderes y las personas empleadas en el comercio y otros menesteres similares se ocupaban en el negotium. Desde la época de los griegos y los romanos ha cambiado mucho la situación. (más…)
Uno de los rasgos esenciales que definen a la vieja Europa es el cristianismo. Hasta tiempos recientes su influjo ha sido tal que ha modelado numerosos aspectos culturales de nuestras sociedades. Una manifestación de este culto en siglos pasados fue la vinculada a la arquitectura siendo su más espectacular exponente el gótico con catedrales que se elevaban majestuosas. (más…)