La reciente pandemia del Covid nos ha recordado la importancia de la buena higiene doméstica y personal para evitar la propagación de las enfermedades contagiosas y para el cuidado de la salud personal de todos.
La palabra “higiene” proviene del nombre Hygíea, la diosa de la salud de los antiguos griegos, que era hija, según su mitología, de Asclepio, dios de la medicina, y de Epíone, diosa de la curación. 7 siglos antes de Cristo, los griegos ya relacionaban la limpieza con la salud de las personas.
A pesar de que no nos hemos librado aún de un virus (y sus infinitas variantes) al que se le ha bautizado con el nombre vulgar de COVID-19, hemos dado por sentado que la pandemia es una mala noche del pasado. Sin embargo, el relativo corto espacio de tiempo que ha durado, ha influido totalmente en nuestras vidas… en una sociedad que hace una gran parte de su vida en la calle; teniendo la relación directa entre humanos un gran peso específico.
La pandemia se oficializa con duras restricciones en este país en marzo de 2020. Esto provoca, de entrada, que el ocio de los fines de semana y festivos, y los actos, en los que incluimos todo tipo de espectáculos, festejos y oficios religiosos, que componen el ámbito de celebración, se suspendan totalmente o, en ciertos casos, parcialmente.
Algunas enfermedades han tenido y mantienen la connotación de contagiosas, o pegadizas, que dirían en algunas localidades alavesas. En euskera se les denomina gaitz kutsakorrak, también kutsuzko gaitzak. Referimos asimismo la ocurrencia de la combinación gexo iraskorrak, —o gaixo eranskorrak, que escribiríamos hoy— en el decálogo de recomendaciones distribuido por las autoridades sanitarias de la villa de Bilbao en 1918 bajo el epígrafe Gripe izurri-gexoa galazoteko Bilbaoko Osalari-Bazkunak aginduten dauzan egin-beharrak, Instrucciones profilácticas aconsejadas por la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao para combatir la epidemia gripal, en castellano. Son equivalentes euskéricos de ‘contagiar’ o ‘contagiarse’ kutsatu —acaso el más extendido— erantsi, nahastau, pegau, itsatsi o incluso inkau. (más…)