La presente costumbre abarca o aúna diversos ámbitos de la cultura tradicional como son las relaciones parentales (en sus obligaciones e interacciones), la vía de interrelación entre las categorías de edad, las creencias religiosas y protocolos sociales, aspectos cíclicos gastronómicos o incluso elementos del derecho consuetudinario. De este modo, madrinas y padrinos bautismales (aitabitxi-amabitxiak o aita-ama pontekoak) adquirían con sus ahijadas y ahijados el compromiso pascual de obsequiarles anualmente (a veces, hasta su boda o consagración religiosa) un producto alimenticio que se conoce por karapaixoa (Debagoiena y Aramaio), garapaua (Elgeta), adar-opila (Bidasoa), aitatxi-amatxi opila (Baztán), morrodoa (Garazi), morrokotea o mokotsa (Arratia, Durangaldea y Busturialdea)… Y en la fiesta de San Marcos (25 de abril) el sanmarkos-opila (Bidasoa y Oarsoaldea), que es un bizcocho de almendra, habitual presente de las madrinas durante esta clásica festividad de bendición de campos.
Aunque hoy día en el ritual de Pascua en la Semana Santa se realiza este rito, la población no la siente como antes. Me refiero a la bendición del agua y fuego nuevos en el decenio 1940, si bien la tradición venía de tiempo atrás. De hecho antes de iniciar la misa de Pascua el sacerdote bendice el agua nueva que se pone en la aguabenditera de la puerta de entrada a la iglesia. Asimismo se enciende en el altar una vela nueva y bendice el fuego nuevo. (más…)