En otro tiempo, cuando la estructura de los caseríos (etxeak) aún era de madera, la libre estabulación en las tierras comunales (herriko lurrak) estaba regulada. Se construyeron recintos (borda-barrukiak) que los animales utilizaban como refugio natural (del calor, moscas…). El Fuero de Lapurdi, Título III Artículo I, dice: “En Lapurdi cada parroquia tiene y posee tierras comunales y vecinales entre todos los parroquianos” donde pueden pastar los animales de “cierta condición y número”. “Se permite también construir cabañas, alojamiento y cercados para acoger ganado, pastores y guardas”, sin más exigencia que las obligaciones comunes a cualquier “asentamiento humano”. Además del respeto de la propiedad privada citaremos el libre acceso, la dedicación exclusiva al pasto, el respeto del sistema de veto, la protección de árboles y bosques, etc. Dicho entorno evolucionaría forzosamente, aquí y en todas partes. (más…)
El Valle de Carranza es un extenso municipio vizcaino donde la ganadería bovina de leche ha alcanzado tal importancia que ha constituido su principal seña de identidad. Pero antes que productores de leche de vaca, los carranzanos fueron sobre todo pastores. Esta actividad fue perdiendo importancia a lo largo de todo el siglo XX, solo en los últimos años, coincidiendo con la crisis ganadera, se ha observado un repunte de los pequeños rebaños que pastan en los prados que antes estuvieron destinados a la alimentación de las vacas, sobre todo con la función de mantenerlos ‘limpios’ y obtener algún cordero y fabricar unos pocos quesos para el consumo doméstico. (más…)