Hoy día estamos acostumbrados a disponer de pan a cualquier hora del día y a que su reparto llegue a los lugares más recónditos, pero no siempre ha sido así.
En nuestra tierra, hasta los años 1950 en que dejó de sembrarse trigo, el proceso era largo y esforzado. En los caseríos, en la época de la trilla, que solía hacerse en julio, se separaban los mejores granos como semilla para la siembra. Se ponían a remojo (beratu) en agua y luego se mezclaban con cal para quitarles la roya (ludoia). Se tenían así tres o cuatro días y se guardaban en el camarote. (más…)