Hay oficios, muchos, que desaparecen; los nuevos tiempos se los llevan por delante sin piedad alguna. Con ellos, poco a poco, desaparecen también los lugares en los que se ejercían. Y a veces desaparecen hasta los pueblos en donde estaban esos lugares, e incluso las personas que fueron testigo de aquellos oficios, lugares y pueblos.
Esto es exactamente lo que ha pasado con la tejería de Aizpe, en Urraúl Bajo. No viven ya quienes allí hicieron tejas, ni queda rastro de la tejería, ni tan siquiera quedan los restos del pueblo, ni desde hace unos pocos meses vive tampoco aquél que de niño y adolescente almacenó en su memoria los recuerdos de aquel lugar…, el último testigo de aquello. (más…)