Podemos estimar que cualquier acto que sirva de diversión, o en el que se den cita otros componentes, ya sean lúdicos, emotivos, etc., y que se realice en/con público es un espectáculo. Si, además, matizamos que es folklórico, damos cabida a una nada desdeñable lista de celebraciones que sirven de estímulo a los congregados.
La global, no obstante, nos empuja a trasladarnos a lo específico. Por lo tanto, se hace obligatorio el categorizar por tipología, intentando administrar correctamente la visión personal, aunque subjetiva del firmante, y la participación colectiva, activa y pasiva, existente en el evento.
En Bizkaia tenemos muchas ermitas y en casi todas ellas tienen lugar festejos el día o época de su santo. Además de los ritos religiosos, para celebrar la fiesta en comunidad, en la actualidad se organizan diversas actividades, como comidas populares, bailes o juegos. Entre estas actividades las competiciones son muy habituales, normalmente relacionadas con el deporte o la gastronomía. Pero hay campeonatos que no son tan comunes, ejemplo de ello es el concurso de txosnas que se organiza en el campo de Berbikez, en Gordexola, durante las fiestas de la ermita de San Cosme y San Damián. Hay que decir que, a pesar de que la advocación de esta ermita es San Juan Bautista, su festividad se celebra el 26 de septiembre, día de los mártires San Cosme y San Damián, y por eso muchos la conocen también por ese nombre.
Son muchas las costumbres y modos de vida de los pueblos que van cambiando a lo largo de los años y estas transformaciones son las que en parte trata de recoger la etnografía.
Uno de estos usos que la forma de vida actual ha modificado sustancialmente es la relativa al pequeño comercio. Hemos consignado en más de una ocasión que la incorporación de la mujer al trabajo ha supuesto, a juicio de muchos informantes, uno de los cambios más destacados de la vida familiar en el siglo XX y lo que llevamos del XXI. Antaño las familias eran más numerosas y era frecuente que en la casa habitaran hasta tres generaciones: abuelos, padres e hijos. Además la mujer de la casa se dedicaba a las labores domésticas y siempre permanecía alguna persona en la vivienda.
Dicen que aburrirse es bueno, que nuestro cerebro lo agradece porque nos permite reflexionar, organizar nuestras ideas o reconectar con nuestras verdaderas necesidades.
Será cierto, pues, que aburrirse es bueno. Pero, desde el punto de vista cultural, lo verdaderamente interesante es la otra cara de la moneda, esto es, el entretenimiento con el que burlamos el aburrimiento. Seguramente, además de a la pura necesidad, debamos al tedio provocado por largas horas de lluvia, de oscuridad invernal o de supervisión de mansos rebaños, por citar solo unos ejemplos, las más bellas muestras de artesanía tradicional en todos los materiales (textil, madera, metal, cuero, piedra, fibra vegetal, etc.) que han acompañado a los ámbitos profesionales y domésticos durante generaciones. Sin olvidar, por supuesto, otros ejemplos de creatividad vinculados a la oralidad, la música o la danza, en los que no necesariamente intervenían elementos tangibles.