Cada día compramos y vendemos productos o realizamos y recibimos servicios por los que cobramos o pagamos, según corresponda. El comercio y dichos servicios forman parte de la lógica consumista en la que vivimos todos y son el motor esencial de nuestra economía.
En la sociedad tradicional, sobre todo en las aldeas rurales en las que en tiempos pasados los intercambios dinerarios eran escasísimos, resultaba común al menos entre vecinos y familiares el trueque y la prestación de ayuda que antes o después era devuelta. (más…)