La Cuaresma era un periodo de abstención de bailes. Para los mozos resultaba más pasadero, pero para las jóvenes un tormento, consistía en pasear los domingos o jugar a las cartas.
En los pueblos la juventud femenina, si el tiempo lo permitía, paseaba por la carretera. Si la jornada se presentaba lluviosa se juntaban en una casa a jugar a las cartas y tomaban chocolate o hacían hormigos, al toque de oración se retiraban a sus casas. Para tratar de quitarles el chocolate, los muchachos les gastaban alguna broma tal como ponerles picante en el brasero o valiéndose de una escalera robarles la cazuela de la ventana. Era una época en que no se disponía de neveras ni frigoríficos y los guisos y los postres se ponían a enfriar en el alféizar. (más…)