Ama tenía buena mano para el bacalao, makailaoa, en euskera bizkaino. O será que la práctica hace a la maestra. El caso es que en casa se comía bacalao con asiduidad, y era ella quien lo compraba, desalaba y cocinaba.
Dicen que los primeros en secar el bacalao fueron los vikingos y que de ellos heredamos la costumbre. Siglos después la captura, preparación y comercialización del bacalao se convertiría en un negocio lucrativo. Los bacaladeros vascos hacían dos campañas anuales en aguas de Terranova, principalmente, y algunos viajaban hasta Groenlandia y Norteamérica. Capturaban cientos de toneladas de bacalao que descabezaban, evisceraban y salaban en el mismo barco. A su regreso el procesado del pescado continuaba en los secaderos. (más…)