Es sabido que la Cuaresma es un periodo variable en el calendario. Pascua de Resurrección debe coincidir con el primer domingo siguiente a la luna llena del equinoccio de primavera.
Pasado el Carnaval, llega el Miércoles de Ceniza y se inicia en el mundo cristiano el período conocido como Cuaresma que simboliza la prueba que pasó Jesús de pasar cuarenta días en el desierto de Judea, previos a su misión pública. Muchos feligreses aprovechaban este tiempo para realizar ejercicios espirituales en las propias parroquias o en centros de espiritualidad.
En tiempos pasados fue una época de prohibiciones y se limitaba mucho la diversión hasta el día de Pascua. No podían celebrarse bailes públicos, los cines rebajaban la intensidad de la cartelera que quedaba limitada a películas de tema religioso, bíblico, aventuras… Lo que se activaba eran las representaciones teatrales religiosas, del tipo El drama de Jesús del jesuita José Julio Martínez, y los conciertos sacros, como la Pasión según san Mateo de Bach, el Réquiem de Verdi o el Mesías de Händel.
Los viernes había que cumplir las prescripciones eclesiásticas de no comer carne, es decir, respetar las vigilias y los ayunos. Eran comunes los conocidos como cocidos de vigilia (garbanzos, alubia blanca…) y muy extendida la costumbre de tomar pescado, con preferencia bacalao preparado en distintas modalidades.
A continuación expongo algunas tradiciones recogidas en Gernika-Lumo que con las variantes correspondientes son aplicables a otros muchos lugares:
Desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Pascua era un periodo imbuido de una enorme tristeza puesto que todo quedaba paralizado. Las ceremonias religiosas se hacían más largas y tediosas según se acercaba la Semana Santa. Así, el Viernes de Dolores o Viernes de Pasión se sacaba en procesión el paso de La Dolorosa y a continuación tenía lugar en la plaza de los Fueros el Sermón de la Soledad y el canto del Miserere por la coral.
El Domingo de Ramos, que es el anterior al de Pascua de Resurrección, se celebraba la procesión de Kristo Asto Ganeko o del ‘borriquito’, en recuerdo de la entrada de Jesús en Jerusalén. Era un día de estreno para los jóvenes. Los niños estrenaban traje y si eran algo mayorcitos se ponían pantalón largo, y las niñas se ponían zapato de tacón y también estrenaban alguna prenda. Ya lo dice el refrán: Quien no estrena el día de Ramos, no tiene pies ni manos.
El Miércoles Santo por la tarde en la parroquia se acostumbraba hacer el ejercicio de tinieblas, consistente en que los niños acudieran con carracas haciéndolas sonar a tope para que se volviera loco Judas Iscariote por haber vendido a Jesús por treinta monedas de plata.
El Jueves Santo por la mañana, con acompañamiento solemne de la banda de música, un sacerdote llevaba la comunión a las casas de los enfermos que lo hubieran solicitado. Tras la misa de la tarde, el Santísimo quedaba reservado en el monumento. Una costumbre típica era que durante esa noche y el día siguiente las familias visitaran los monumentos que se alzaban en las distintas iglesias de la villa.
El Viernes Santo se celebraba un viacrucis, que comenzaba en el barrio de Errenteria a las siete de la mañana y finalizaba en la parroquia de Andra Mari, para a las ocho iniciar otro desde allí a la anteiglesia de Lumo. A las tres de la tarde, después de la ceremonia religiosa, tenía lugar el llamado Sermón de las Siete Palabras.
Tanto el Jueves como el Viernes Santo había procesiones por las calles de la villa con desfile de los pasos, cuyo cuidado y transporte estaba encomendado a las empresas de la localidad. El Sábado Santo por la noche se celebraba la conocida como misa de gallo que anunciaba la resurrección de Cristo. La procesión del Encuentro de Jesús Resucitado con la Virgen y San Juan al mediodía de la festividad de Pascua ponía fin a los actos religiosos y a ese tiempo de rigor y austeridad.
Segundo Oar-Arteta – Etniker Bizkaia – Grupos Etniker Euskalerria