Apuntes de etnografía

Día de San Juan en Gaztelugatxe, 2023. Archivo Fotográfico de la Fundación Labayru.

Con la llegada del verano se celebran fiestas en todos los rincones de nuestra geografía. En esta época no sólo se celebran las fiestas patronales de pueblos y ciudades, sino que también se celebran numerosas fiestas en las ermitas de los barrios. En Bizkaia hay alrededor de 800 ermitas clasificadas. Es cierto que no se conservan todas las que hubo en su día, y en otras muchas las celebraciones han variado considerablemente. En 459 ermitas se mantienen las celebraciones eclesiásticas, 30 están deterioradas, otras 7 se destinan a tareas civiles, y el resto han desaparecido. Durante el siglo pasado la sociedad vivió profundos cambios y transformaciones que obligaron a las propias ermitas a adaptarse a las nuevas necesidades de la sociedad.

Hasta la segunda mitad del siglo XX, las ermitas fueron sobre todo el centro espiritual y el vínculo de convivencia del barrio y de la comunidad. En la vida tradicional, la casa ha sido el eje de la vida familiar, y la ermita lo ha sido de la vecindad. En ese modo de vida, las ermitas han desempeñado un papel significativo, entrelazando religiosidad, vecindad, patrimonio popular y medio natural. Hoy en día la función religiosa se ha debilitado y las ermitas se utilizan también para actos sociales o culturales. Aunque las relaciones vecinales actualmente no sean tan estrechas y las formas de celebración hayan cambiado, la festividad del patrón o patrona de la ermita mantiene su fuerza, siendo punto de reunión y encuentro de los miembros de la familia y del barrio.

Algunas festividades se siguen celebrando en su día correspondiente, ya sea entre semana o el fin de semana. En otros casos, el mismo día solo tiene lugar algún acto sencillo como la misa o algún otro festejo. En la mayoría de los casos gran parte del programa festivo ha pasado al fin de semana anterior o posterior. Además, como el tiempo no acompaña, las celebraciones invernales también se han trasladado a un fin de semana de primavera o verano: Santo Tomás en Zamudio (santomasak) o San Martín en Otxandio (sanmartinak), entre otros.

Día de la Santa Cruz (santikurutz) en Bizkargi, 2023. Archivo Fotográfico de la Fundación Labayru.

En cuanto a los ritos festivos asociados a las ermitas, algunos han perdurado a lo largo de los años; otros, en cambio, han sido adaptados o son de nueva creación. La misa que se celebra en la ermita durante el día de su patrón o patrona ha sido durante mucho tiempo una de las actividades más importantes, y hoy en día se mantiene en todas las ermitas; y la mayoría de los asistentes son personas de cierta edad. Otras celebraciones religiosas como bendiciones o ritos asociados a la petición de salud, siguen vivas. Muchas de ellas son de gran tradición. Por citar algunas: la bendición de animales y pan el día de San Antón en el santuario de Urkiola, la bendición de velas en Andikoa en Berriz, o el toque de campana de San Juan en Gaztelugatxe solicitando buena salud.

En las ermitas, además de los ritos religiosos, se celebran otros de carácter más social que hoy en día atraen a muchas personas. Estas actividades se centran en la mayoría de las ocasiones en comidas populares, aunque también suele ser habitual organizar campeonatos de muy diversa índole: gastronómicos, deportivos… Además, la música y el baile siguen siendo fundamentales en nuestras fiestas: las romerías, los txistularis o las danzas vascas.

Aunque varias tradiciones relacionadas con las ermitas se hayan perdido y otras se hayan debilitado, hay que recalcar que las costumbres y las fiestas siguen manteniendo un importante componente identitario. La organización vecinal y el patrimonio cultural siguen vivos y siguen siendo un auténtico tesoro cultural y espiritual.

Nerea Etxebarria Gumuzio – Fundación Labayru