Casi sin percatarnos de ello, ha pasado un año desde que nos dejó Gurutzi provocando un gran vacío en todo su entorno.
Gurutzi fue una gran emprendedora. Una trabajadora infatigable hasta sus últimos días; estímulo, acicate y ejemplo para los que tuvimos la suerte de trabajar con ella. Fue pionera en muchos ámbitos, y a base de mucho tesón, esfuerzo y trabajo supo hacerse un hueco en un mundo cultural al que prácticamente no tenían acceso las mujeres.
Comenzó a trabajar siendo muy joven desempeñando labores de secretaria. Pero en su afán por seguir aprendiendo, ingresó en la Universidad de Deusto, superando el acceso para mayores de 25 años. Estudió sociología y se licenció en 1975. Su dilatada trayectoria profesional en el mundo de etnografía se centró en dos investigaciones: el Atlas Etnográfico de Vasconia ―ideado por D. José Miguel de Barandiaran― que lideró y coordinó junto a Ander Manterola; y el estudio sobre las ermitas de Bizkaia, publicado en tres volúmenes en 1987, tras haber recorrido todos los pueblos de la provincia. Posteriormente, en 1996 su tesis doctoral se basó en dicha investigación y en 1999 la publicó bajo el título Origen y significación de las ermitas de Bizkaia.
De hecho, este fue uno de los ámbitos en el que Gurutzi más destacó, investigando las propias ermitas, las advocaciones, las celebraciones, las costumbres, la vinculación con el barrio, las cofradías y la organización social en torno a ellas.
También escribió mucho sobre otros temas en varias revistas y libros, y participó activamente en sus comités de redacción.
Fue miembro de varias instituciones. Cofundadora de la Fundación Labayru y directora del área de Etnografía y de la revista Etniker Bizkaia; vicesecretaria de Eusko Ikaskuntza y presidenta de la sección de Antropología-Etnografía; vocal del Museo Vasco de Bilbao, de la Fundación José Miguel de Barandiaran y del Museo de Arte e Historia de Durango.
Gurutzi, amiga de sus amigos; montañera, amante de la familia y de la cuadrilla; soñadora, pero realista; apasionada de la cultura vasca. En una palabra, ¡una mujer única! Siempre la recordaremos sonriente y alegre.
Fundación Labayru