Existen numerosas formas de definir un reloj de sol, pero tras la lectura de muchos textos destacaría la de Miquel Palau en su libro Rellotges de sol: “El reloj de sol es la plasmación gráfica de una idea genial del hombre, que de tan simple sorprende. Se trata de una sombra que se mueve en sentido contrario al movimiento aparente del sol, mientras va señalando unas líneas horarias dispuestas convenientemente”. Sin embargo, observando la realidad de estos artilugios y reflexionando un poco se entiende que la cosa no es tan sencilla como puede desprenderse de la definición, pues no fueron en su origen producto de artesanos, sino el resultado de múltiples y complejos estudios. Muchas son todavía hoy las personas que intentan construir relojes de sol sin hacer las hipótesis adecuadas y rápidamente comprueban que su esfuerzo no es compensado. Lo más llamativo sigue siendo que un instrumento tan elemental registre con tanta precisión los movimientos de la tierra.
De esta definición se deduce que para recoger el movimiento aparente del sol puede valer cualquier superficie que recoja la sombra de algún elemento que la proyecte sobre ella. Esto da origen a una gran cantidad de tipos de relojes como son: verticales, horizontales, ecuatoriales —que son planos paralelos al ecuador—, esféricos, cilíndricos… por citar los más vistos en paredes y parques. También hubo relojes que no medían el tiempo astronómico sino el de oración y que se denominan canónicos. Se utilizaron durante la Edad Media y en España se difundieron a través del camino de Santiago.
En Euskal Herria tenemos relojes poco elaborados artísticamente. Quizás los más atractivos en este sentido sean dos existentes en el palacio Arraibi de Durango (Bizkaia), con la particularidad de que los dos son iguales. En cuanto a relojes que no miden el tiempo astronómico, ya mencionados, es en ermitas e iglesias de la provincia de Álava donde más proliferan.
Los relojes solares tuvieron su auge en los siglos XVI y XVII como elementos de control para relojes mecánicos, los cuales todavía eran de construcción deficiente debido a la baja calidad de materiales que sufrían desgastes y variaciones con los cambios de temperatura.
Debido a que los relojes solares marcan la hora local, con la industrialización y el desarrollo de las comunicaciones se llegó a definir una hora que pudiera ser utilizada por todos los países y así coordinar los horarios. Esta hora se denomina UTC (de las siglas inglesas Coordinated Universal Time) o tiempo medio universal.
José Ignacio Domínguez – Etniker Álava – Grupos Etniker Euskalerria
Para más información puede consultarse: José Ignacio Domínguez. Relojes de sol en el territorio histórico de Álava y Treviño. Ohitura, 12.