«Cu-cu, cu-cu», ¿quién no conoce este característico sonido natural? Sin duda, es la melodía más conocida en el mundo de las aves, y ello se refleja en la denominación de este pájaro en diferentes idiomas: kuku en euskera, cuco en castellano, coucou en francés, cuckoo en inglés…
Aunque el calendario oficial fija el comienzo de la primavera el 20 de marzo, para los baserritarras el canto del cuco (Cuculus canorus) anuncia la llegada de esta estación.
Son muchos los relatos, refranes y creencias en torno al cuco en toda Euskal Herria. Según la tradición, este curioso pájaro también influye en la situación económica de las personas, ya que al que lleve monedas en el bolsillo al oír su canto por primera vez, ese año no le faltará dinero; pero si en ese momento está sin monedas, no se enriquecerá al menos hasta la próxima primavera.
También influye en la duración de la vida, por lo que las personas de avanzada edad están deseosas de oír el canto del cuco, ya que el hecho de escucharlo le garantizará que ese año no fallecerá. Cuando los ancianos no gozan de buena salud en invierno, dicen: «No sé si este año escucharé al cuco», para indicar que si oyen al cuclillo tendrán la vida asegurada para ese año.
Ave nidoparasitaria
Si bien su canto es muy conocido, no puede decirse lo mismo sobre su aspecto físico y su forma de vida, ya que es más fácil escucharlo que verlo. El cuco es un ave nidoparasitaria, que hace su puesta en nidos ajenos; se trata de huevos similares a los de la especie que los empollará: petirrojos, lavanderas blancas, carriceros tordales y comunes, totovías… En Europa se conocen más de sesenta especies que empollan y alimentan a los polluelos de cuco, quienes a las pocas horas de nacer expulsan del nido a los huevos o hermanos que se encuentre, con el objeto de disfrutar en exclusiva de los cuidados de su madre adoptiva. Sin embargo, sus padres naturales no se desentienden de sus crías y permanecen en la proximidad del nido, hasta que los jóvenes empiezan a valerse por sí mismos.
El anuncio de la primavera
El característico «cu-cu, cu-cu” es el canto del macho, ya que el de la hembra es más suave. Su inconfundible canto se oirá hasta finales de junio o principios de julio. Y este hecho se refleja en los dichos y refranes como “Por la Virgen de marzo cu-cu, por San Pedro mudo” (“Andra Mari martikoz ku-ku, San Pedroz mutu”).
En el valle de Arratia (Bizkaia) se dice que en el día San Pedro, fiesta patronal de Dima, tras comer en esta localidad emigra a Francia, sin que haya rastro de él hasta el año próximo. Pero no será el de Francia el rumbo que tomará, sino el de África, donde pasará el invierno. Primero serán los padres quienes emprenderán el viaje hacia los cuarteles de invierno del África tropical. Mes y medio más tarde los jóvenes cucos realizarán el mismo camino.
Jon Urutxurtu