En el Valle de Carranza (Bizkaia) el espacio de pasto y arbolado ubicado en las sierras bajas, localizado en las proximidades de los barrios, era conocido en tiempos pasados con el nombre de ‘boheriza’, término que también aparece escriturado en los siglos XVIII y XIX como ‘boriza’ y ‘voeriza’.
Terreno comunal, administrado desde tiempos inmemoriales por los regidores locales según viejas leyes y costumbres, del que se beneficiaban exclusivamente los vecinos del barrio o concejo más próximo, quienes llevaban el ganado a pastar y, previo sorteo, aprovechaban, además de la leña, la roza, el helecho y la hoja de los árboles. A partir de 1885, por ley, el uso de estos espacios se ampliaba a todos los vecinos del Valle.
Las Ordenanzas municipales, redactadas en 1855, recogían el consentimiento de pastar en estos terrenos “a las vacas paridas y las yuntas de labor” y “caballerías de servicio particular”.
A lo largo de los siglos XVIII y XIX el terreno de las boherizas existentes en Carranza irá pasando a propiedad privada, cuya enajenación serviría para que la hacienda municipal obtuviera recursos económicos con los que solventar las adversas situaciones económicas, motivadas principalmente por los enfrentamientos bélicos. Circunstancias estas que determinarán su retroceso y la práctica desaparición de las mismas.
En el año 1835 el ayuntamiento, después de reconocer las boherizas que había en el Valle y con el fin de atender las urgencias ocasionadas por la primera guerra carlista, sacó a subasta pública varias de ellas, entre las que se incluía la de La Calera del Prado: “… según los mojones antiguos titulada La Sota y Saldelcuervo, poblada de árboles de cría, mayores y menores, cuyos mojones se hallan por poniente y cierzo al regato de la Buena Agua, que baja del portillo de La Sota, siguiendo al alto del Tojuelo al ilso que se halla detrás de la cabaña vieja de La Brenalta; y por saliente al campo de Las Arroturas y a la peña Zura”. Como mejor postor se quedó con ella Esteban de Santayana en la cantidad de 2661 reales y 2 maravedíes. Sin embargo, este, al no convenirle conservarla toda ella, decidió retrovendérsela a los vecinos del barrio, exceptuando la parte de dicha boheriza que se reservó para sí: “… comprendiendo del sitio de Baulaslamas a la haya de las dos hermanas, donde se plantará un mojón, y desde este rectante a la linde de Serrancha, por donde seguirá al torno de Serrancha y la cabaña vieja de La Brenalta, y se fijará otro mojón a la haya de las dos hermanas, que se dirija al Tojuelo”.
Esta retroventa restituía la titularidad colectiva de una parte de los terrenos que ocupaba la primigenia boheriza a sus antiguos beneficiarios, los vecinos del barrio de La Calera del Prado. En los tiempos actuales es la única que pervive al paso de los tiempos y dentro de su espacio geográfico se asienta el hayedo de La Calera, una de las masas de bosque autóctono más extensas del Valle.
Miguel Sabino Díaz – Etniker Bizkaia – Grupos Etniker Euskalerria
Para más información puede consultarse el tomo dedicado a Ganadería y Pastorero del Atlas Etnográfico de Vasconia.
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El origen de ese nombre está en la base de los varios ‘Itsaso’ que se localizan en la toponimia alejados de la costa, por derivar de Idi + Basoa.
Interesante lo que dices, podría incluso dar pie a un nuevo post.