El pasabolo tablón es una de las modalidades tradicionales del deporte de los bolos que aún se viene practicando en el Valle de Carranza.
Uno de sus elementos principales son los bolos, conocidos antiguamente como “chitos”.
La medida de los bolos viene a ser por lo general de una longitud de 35 centímetros y 3,30 de grosor, con la base y la punta algo redondeadas.
En tiempos pasados, la elaboración de este tipo de bolos era totalmente manual. A finales de los años 1950, así los fabricaba Moisés Calleja, vecino de Venta Laperra, lugar próximo al barrio de La Cadena.
En su construcción Moisés utilizaba quimas (ramas) de encina. Cortaba la madera en los meses de noviembre, diciembre y enero, en el período dominado por la luna menguante. Una vez troceada la dejaba secar durante un tiempo de al menos dos años.
La fabricación del bolo la iniciaba con el hacha, cortando la mayor parte de la madera con ella para darle la forma tosca. Después, con una escofina lo refinaba poco a poco hasta que adquiría la figura definitiva.
Hoy día, José Antonio Cano “Guito”, vecino del barrio de La Cadena, dedica parte de su tiempo a la construcción de este tipo de bolos.
Al igual que antaño, utiliza madera de encina, respetando los antiguos períodos de corta y secado.
Sin embargo, la construcción de los bolos la lleva a cabo sirviéndose de un pequeño torno eléctrico con el que, mediante una gubia y un formón, va desbastando la madera hasta que el bolo adquiere su forma definitiva.
Miguel Sabino Díaz
Etniker Bizkaia