Apuntes de etnografía

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Los padrinos y las madrinas regalan la torta de pascua a sus ahijados y ahijadas. Autor: Jon Urutxurtu.

Al Carnaval le suceden la Cuaresma y la Semana Santa. La Cuaresma recuerda los cuarenta días que Jesús pasó en el desierto haciendo oración y penitencia. Los cuarenta días que transcurren desde el Miércoles de Ceniza —este año el 22 de febrero—, hasta el Jueves Santo están destinados al ayuno y a la oración. Este período da paso a la Semana Santa, que se extiende entre el Domingo de Ramos —este año el 2 de abril— y el Domingo de Pascua; son días dedicados a conmemorar la pasión y muerte de Jesucristo, y culminan con la Pascua que simboliza su Resurrección.

En la celebración nocturna del Sábado Santo, es decir, en la Vigilia Pascual, se enciende del nuevo fuego el cirio pascual que representa a Jesús resucitado, y que indica que Cristo ha superado la muerte. Al día siguiente, Domingo de Pascua —este año el 9 de abril—, junto con los oficios religiosos en algunas localidades de Euskal Herria aún pervive una costumbre, en otros tiempos muy extendida, que consiste en el regalo por parte del padrino y la madrina a sus ahijados de un pan con uno o varios huevos incrustados. Este panecillo es presentado de diferentes formas —circular o triangular— y recibe diversas denominaciones: mokotsa en Amorebieta-Etxano y Gorozika, morrokotea y/o mokotsa en Arratia, olatea en Orozko, pazkopile en Busturia, arrautz-opila en Zerain, kaapaxue en Elosu-Bergara, aitatxi-opil o amatxi-opil en el Baztan…

En la misma línea, el lunes de Pascua se celebra en Santurtzi la tradicional romería de los cornites. El cornite es un pan con huevo y chorizo que los santurtziarras adquieren en las panaderías de la localidad y lo consumen en el monte Serantes, en un ambiente festivo.

Tradicionalmente y en culturas diversas el huevo ha sido considerado como un símbolo de la vida, de la fertilidad y del renacer, y posiblemente estos panecillos con huevo y/o los huevos de Pascua representen a Cristo resucitado. En su asimilación al cristianismo la costumbre de obsequiar la torta pascual puede rememorar el bautismo y expresa una relación entre el padrino y la madrina y el ahijado.

Las tortas de pascua se elaboraban aprovechando la hornada semanal. Autor: Jon Urutxurtu.

Regalar huevo por Pascua es una costumbre que está arraigada en diversos lugares del mundo: en Inglaterra, Estados Unidos, países de Europa Central… También en Cataluña los padrinos y madrinas regalan a sus ahijados un huevo de chocolate, llamado mona.

Aunque todavía pervive, la pérdida de fuerza de esta costumbre pascual ha coincidido con el declive de la hornada de pan que en otras épocas se hacía semanalmente en los caseríos. Todos los sábados cada caserío elaboraba el pan para toda la semana y la víspera del Domingo de Pascua, día de Sábado Santo, aprovechando la hornada semanal, se elaboraban las tortas de pascua. Actualmente los hornos de los caseríos son una reliquia del pasado, pero todavía en algunas localidades como en Santurtzi, Amorebieta-Etxano, en el valle de Arratia… hay panaderías industriales que elaboran la torta pascual.

Jon Urutxurtu

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