Apuntes de etnografía

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Autor: Sergio González Ahedo.

Entre finales de junio y principios de julio aparecen figuras blancas en los montes vascos. Es el castaño, que cuando florece se viste de blanco. Debido a la importancia que ha tenido en la cultura vasca, esta es una época muy significativa. No hay más que preguntar a las personas que trabajan en las colmenas. Muestra de ello es el testimonio de Ignacio Abella recogido en la zona gallega, según el cual la floración del castaño indica el momento para que los carneros cubran a las ovejas. Es el último florecimiento antes del calor intenso del verano, y es por ello que, determina la fecha propicia para múltiples labores del mundo rural.

Hoy en día, fuera del mundo académico, se relacionan inconscientemente la cultura y las distintas expresiones folclóricas (música, danza, indumentaria, gastronomía, etc.). En nuestro caso se tiende a unir la cultura vasca únicamente con dichas manifestaciones, que por supuesto, forman parte de nuestra cultura, pero ¿acaso lo citado hasta ahora no lo es? Gran parte de nuestra cultura tiene su origen en el medio rural, a pesar de ello, no asimilamos totalmente las labores agrarias como cultura. Aunque hoy en día estas prácticas culturales derivadas de la agricultura han perdido la función social que tenían en el pasado, todavía tienen un gran peso en nuestra identidad y memoria. Entonces, ¿por qué no entendemos las actividades relacionadas con la tierra y todo lo que incluyen como cultura?

El conocimiento y las costumbres en torno al castaño, más allá de ser parte de una práctica agrícola, conllevan una cultura, y han sido transmitidas durante siglos. Esto se debe, en definitiva, a la importancia de este árbol en el pasado, ya que ofrecía muchos beneficios a la sociedad (el alimento es el más destacado, pero también productos como la madera, la miel, la hoja, la hojarasca, etc.), lo que convertía al castaño en un árbol esencial. Esto, además, hacía que en torno a estas prácticas surgieran diferentes labores, creencias y costumbres, por lo que la cultura del castaño constituye un proceso que va desde el propio árbol hasta el tamboril en el que se asan las castañas. Muchas veces se da la mayor importancia al fruto, la castaña, pero no se debe olvidar que el verdadero valor está en el propio árbol, el castaño. Tampoco se pueden pasar por alto los diferentes saberes, tareas, creencias, usos, costumbres, leyendas, cuentos y paisajes creados en los últimos siglos por esta interacción con la sociedad, que también forman parte de la cultura del castaño.

Fuente: Archivo Fotográfico de la Fundación Labayru.

Para finalizar, se presentarán diversos ejemplos de la tradición oral que relaciona esta época del año con la cultura del castaño, reflejo de múltiples creencias, prácticas y saberes.

  1. Santa Katalina garbia, gaztaina urte handia (Tiempo despejado por Santa Catalina, gran año de castaña). Teniendo en cuenta este dicho, si a partir de abril hace buen tiempo, será un buen año de castañas.
  2. San Juan su, San Juan su, gure gaztainak mamitsu eta besteenak azaltsu (Hoguera de San Juan, hoguera de San Juan, nuestras castañas carnosas y las de los demás vacías). Teniendo en cuenta el carácter mágico de la hoguera de San Juan, se le pide un año fructífero de castañas.
  3. San Juan berde, San Juan berde, batere koskolik gabe, hiru ale, hiru ale (San Juan verde, san Juan verde, menos cáscara, tres frutos). Al igual que en el dicho anterior, se pide un año rico en castañas.
  4. Sanpedroetan katu pixa hainbat euri bada, gaztaina izango da (Si en san Pedro llueve tanto como el pis de un gato, habrá castañas). Si no llueve o llueve poco alrededor del día de san Pedro, habrá buena cosecha de castañas.
  5. Madalena bero, hagatara gero (Calor por santa Magdalena, después a varear). Si hace calor el día de Magdalena, habrá buena cosecha de castañas.

Dado que la cultura del castaño ha sido también importante en diferentes puntos de la Península Ibérica, en castellano también hay refranes como:

  1. Relámpagos en san Juan, las castañas las pagarán. Si el día de san Juan hace mal tiempo, se estropea la cosecha de la castaña, ya que dificulta la floración.
  2. Si el día de san Pedruco llueve, las castañas se pierden. Tiene el mismo significado que el dicho anterior, pero relacionado con el día de san Pedro.
  3. Calor en julio, castañas seguro. Si en julio hace calor, la floración del castaño será fructífera y habrá buena cosecha.

Aintzane Cortajarena – Antropóloga

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