Apuntes de etnografía

0

El tema que aquí nos ocupa va de lo universal a lo particular, de lo simple a lo complejo. Como bien decía el escritor inglés del siglo XVII Joseph Addison, «los colores hablan por sí solos en todas las lenguas, pero los nombres de los colores los elige cada pueblo». Y el pueblo vasco no es una excepción a esta máxima del ensayista británico, porque el patrón de los colores que nos dibuja la lengua vasca no coincide en varios puntos con el de las lenguas que nos rodean.

Si buscamos en el OEH (Orotariko Euskal Hiztegia) de Euskaltzaindia la entrada gorri, que hoy es la forma que usamos en euskera para designar al color rojo, veremos que junto al significado ‘rojo’, aparecen también ‘rubio’ y ‘dorado’, (en determinados contextos, aplicado al oro, pelo, etc., matiza el diccionario). Pero en una segunda acepción nos da ‘desnudo’, ‘pelado’, sobre todo en palabras compuestas (larrugorri ‘persona desnuda’, ohegorri ‘cama desnuda de sábanas’, aizkorri ‘peña desnuda y sin plantas’). Y en una tercera acepción nos propone el significado de ‘grande’, ‘extremo’, ‘atroz’, ‘terrible’ (behar gorria ‘miseria cruel’, gose gorria ‘hambre cruel’, gerla gorria ‘guerra amarga’). Resulta difícil secuenciar en el tiempo estas matizaciones semánticas para intentar saber cuál es la primigenia, pero por buscar analogías en nuestra propia lengua, no se nos escapa la similitud formal de gorri con el adjetivo gori, que significa, siguiendo al propio OEH, ‘ardiente’, ‘incandescente’, ‘al rojo vivo’. Sin embargo, Koldo Mitxelena en principio nos frena de la tentación de asociarlos directamente, presentándonos gori como un probable préstamo indoeuropeo prelatino. Por ejemplo, en irlandés fo.geir es ‘se calienta’, en galés gori es ‘empollar’, y en castellano portugués gorar es ‘incubar’.

Así y todo, uno de los significados de gorri dentro de la primera acepción del propio OEH es ‘incandescente’, y se nos dice que está principalmente documentado en autores septentrionales, pero que también hay ejemplos al sur, en los autores Kardaberaz y fray Bartolomé. Así pues, este paralelismo semántico entre ambos términos nos deja una puerta abierta para proponer que gorri y gori compartan origen, hipótesis por la cual personalmente me inclino, ya que no solo cuadra la proximidad morfológica y semántica de ambos vocablos, como hemos visto, sino que también se explicaría satisfactoriamente la similitud semántica de otras acepciones de gorri, como ‘pelado’, o ‘terrible’, siendo estas fácilmente aplicables a la acción devastadora del fuego, elemento que bien podría encontrarse en el área de intersección semántica de ambos términos. Otra cosa sería poder afirmar que el origen de gorri y gori, aun en el caso de admitir que sean cognados o variantes de la misma procedencia, fuese preindoeuropeo. Todavía nos faltan datos para llegar a ese punto, aunque podríamos decir, por finalizar con un juego de palabras, que el tema está al rojo vivo.

 

Joseba Santxo Uriarte -Filólogo e investigador

 

 

Comentarios ( 0 )

    Deja un comentario

    Your email address will not be published. Required fields are marked *

    Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

    ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~