Retomamos nuestro pequeño repaso etnolingüístico de los nombres que reciben en euskera los meses del año. [Véase Los meses del año en euskera (1)]
Apiril ‘abril’. Nombre que nos llega por la vía del latín (Aprῑlis), con el posible significado de ‘mes de Afrodita’ (del griego Aphrô) o ‘mes en el que se abren las flores’ (del latín aperῑre ‘abrir’). Resulta igualmente interesante la forma jorrail, que siguiendo a Caro Baroja entenderíamos como ‘mes o luna de la escarda’, labor que suele llevarse a cabo en estas fechas. Y añadiremos la forma opail, que según el propio Caro Baroja podría referirse bien a las ofrendas (del verbo vasco opa izan/egin ‘ofrecer’) bien a las tortas o los roscos de pan (de opil ‘bollo, panecillo, torta de pan’, que se compone a su vez de ogi ‘pan’ + bil ‘redondo’) que se hacían en esta época.
Maiatz ‘mayo’. Este nombre que también procede del latín (Maius) parece estar relacionado con la diosa griega Maya, adoptada por la cultura romana como diosa de la primavera. Contamos además con la forma loreil, de lore ‘flor’ + (h)il ‘mes o luna’, semánticamente cercana a la anterior. Y cabe distinguir otro grupo de formas, como orril, ostoil y ostaro, de orri/(h)osto ‘hoja’ + (h)il ‘mes o luna’ o aro ‘tiempo, período’, para denominar a este tiempo en el que resurge la vida en el mundo vegetal.
Ekain ‘junio’. De Iparralde tomamos este precioso nombre, que vendría de e(guz)k(i) ‘sol’ + gain ‘encima, arriba’ y podría interpretarse como ‘solsticio’, es decir, cuando el sol está más alto. Tenemos además la forma bagil, de difusa procedencia, que Astarloa interpreta como ‘mes o luna de las habas’ (baba + (h)il), Van Eys como ‘mes o luna de la corta’ (ebaki + (h)il) y Campión como ‘mes o luna de las hayas’ (bagus + (h)il). Sumaremos otro par de nombres para el sexto mes de nuestro calendario: errearo, que Campión traduce como ‘tiempo de calor’, de erre ‘quemar’ + aro ‘tiempo, período’, y erearo, que parece hacer referencia a la siembra, de erein ‘sembrar’. Y por último la curiosa forma suletina arramaiatz, que vendría a significar ‘remayo’, repetición de mayo.
Uztail ‘julio’. Nombre de transparente formación, de uzta ‘cosecha’ + (h)il ‘mes o luna’, que quiere decir ‘mes o luna de las cosechas’. Aprovechamos la coyuntura para precisar que hay formas euskéricas que oscilan en su correspondencia con el mes al que aluden. Tal es el caso de garagarril, que se utiliza para designar al mes de julio, pero también al mes de junio. Y lo mismo pasa con otras formas vistas anteriormente. Pero sigamos con nuestro objetivo de presentar los vocablos menos utilizados o conocidos, a fin de que no caigan en el olvido. Ahondando en la relación de esta época del año con la cosecha, garagarril significaría ‘mes o luna de la cebada’, mientras que la forma garil haría referencia al ‘mes o luna del trigo’.
Abuztu ‘agosto’. Una vez más adoptamos un nombre latino para nuestro calendario, en este caso proveniente de la forma latina Augustus ‘sagrado’, ya que el sexto mes del calendario romano (Sextilis) le fue dedicado al emperador Augusto. Otros dos nombres merecen ciertamente nuestra atención. Uno es agorril, que Caro Baroja define como ‘mes seco o luna de sequedad’. Y el otro es daguenil, que Azkue interpreta como ‘mes o luna del fin del verano’ y Arana transformó en el neologismo dagonil.
Joseba Santxo Uriarte – Filólogo e investigador
Puede asimismo resultar de interés un apunte anterior dedicado a Los días de la semana en euskera.