La piratería y el corso son tan antiguos como el comercio marítimo. Los piratas de antaño eran navegantes que se dedicaban a saquear barcos y costas. Las zonas de mayor actividad pirata coincidían con las principales líneas de navegación y tráfico de mercancías. No obstante, los ataques solían llevarse a cabo en aguas internacionales o lugares no sometidos a la jurisdicción de ningún estado. Allí robaban y saqueaban a sus anchas para más tarde buscar refugio en parajes inhóspitos donde escondían sus fabulosos botines.
Pero la piratería no podía dejar fuera de sus confines al mar de mayor tránsito comercial en el presente: internet. Los llamados piratas informáticos son personas que abordan ordenador en mano sistemas de navegación ajenos para apropiárselos o bien obtener información secreta. Y es que en la era digital la información se ha convertido en un tesoro en sí misma. Es cierto que en una economía basada en el conocimiento, como es la actual, el poder cada vez depende más de la información. La importancia del capital intangible ha crecido considerablemente; aún así, la vida del ciudadano de a pie sigue girando en torno a la riqueza material.
La piratería fiscal de la que tanto se habla hoy día no es ni más ni menos que piratería adaptada a los tiempos modernos. Los piratas fiscales son mercenarios contemporáneos que atracan al fisco escondiendo sus turbias fortunas en lugares que conocemos como paraísos fiscales. Se trata de territorios o jurisdicciones que se caracterizan por aplicar un régimen tributario que favorece a individuos y empresas extranjeros residentes.
La voz inglesa tax haven, que no tax heaven como algunos incorrectamente entienden, significa literalmente ‘refugio fiscal’, refugio que curiosamente en otras lenguas se convierte en paraíso fiscal, no sabemos si aludiendo al jardín de las delicias donde Dios colocó a Adán y Eva o incluso al paraíso celestial donde los bienaventurados gozan de la presencia de Dios, o más bien de su sustituto: el dinero.
Jaione Bilbao – Departamento de Lexicografía – Labayru Fundazioa
Ilustraciones tomadas de misviajesporahi.es y educadictos.com.