Leitzaran (Navarra). Euskal Herria. Colección de diapositivas. Grupo SEIE.
En Euskal Herria se detectan básicamente dos formas de poblamiento: disperso y concentrado, el primero en la vertiente atlántica del territorio y el segundo en la meridional. Hay una zona intermedia en la que los pueblos están constituidos por pequeñas agrupaciones de casas que presentan un aspecto que participa de ambos sistemas. Según Barandiaran la forma de población dispersa es más antigua que la concentrada.
Se podría llegar a afirmar que la tan repetida en nuestras investigaciones divisoria hidrográfica entre la vertiente atlántica y la mediterránea es la que configura ambos estilos de poblamiento. Esta circunstancia es también un factor decisivo en los modelos de casas y sus materiales de construcción. Así, donde se da el poblamiento disperso, las casas son de piedra, con entramados de madera, cubierta a dos aguas no muy inclinada y caballete perpendicular a la fachada principal, en tanto que la zona meridional se caracteriza por el empleo, junto a la piedra, de materiales terrosos, como ladrillos, adobes o tapial, y tejado con frecuencia a una sola agua y menor inclinación. La zona media presenta caracteres híbridos.
Errezil (Gipuzkoa) desde el Hernio. Euskal Herria. Colección de diapositivas. Grupo SEIE.
La dispersión de la población en el área atlántica depende en gran medida de factores geográficos. En tiempos pasados la localización de los caseríos estaba condicionada por la ladera soleada, la proximidad del agua, la vecindad de las vías de comunicación y la mayor facilidad para las labores agrícolas y pastoriles. Cada casa se comportaba como un todo, tal y como sugiere el término euskérico baserria dado al ‘caserío’, de baso ‘bosque’ y herria ‘pueblo’. El carácter individualizado del caserío ha propiciado que tenga y mantenga un nombre propio que con frecuencia responde a las características del terreno donde se asienta.
Si bien nuestro caserío es el modelo de poblamiento aislado, generalmente no aparece solo sino agrupado con otras casas, constituyendo un pequeño barrio, o auzoa, que comparte una ermita y cuyos vecinos participan en labores y celebraciones comunitarias.
Barandiaran señalaba que el antecedente remoto del poblamiento disperso había que situarlo en la coincidencia del área de difusión de los dólmenes con las zonas pastoriles. Y agregaba que muchos caseríos de labranza son el resultado de la transformación de chozas pastoriles en establecimientos agrícolas.
Mendibe (Nafarroa Beherea). José Ignacio García Muñoz. Archivo Fotográfico Labayru Fundazioa.
Hay una serie de tradiciones anecdóticas, recogidas por diversos autores, que reflejan la mentalidad tendente a la dispersión de los caseríos del área atlántica del territorio vasco. A modo de ejemplo aportamos la recogida por Barandiaran en la localidad labortana de Sara:
Un cazador navarro de Bera pasó por Sara cuando en esta localidad se estaba construyendo la primera casa. De regreso, contó a su padre lo que había visto, y este le expresó su contrariedad diciendo que la nueva casa se encontraba demasiado cerca para que pudiera haber paz entre vecinos. Ambos pueblos pertenecen al valle de Xareta y distan 20 km.
Segundo Oar-Arteta – Labayru Fundazioa
Para más información pueden consultarse el tomo dedicado a Casa y Familia del Atlas Etnográfico de Vasconia; y Ander Manterola. “Etxea” en Euskaldunak, 3. Donostia, 1980.