Apuntes de etnografía

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Medallas y amuletos religiosos. Patxo Fernández de Jauregui.

El mal de ojo es una creencia supersticiosa muy antigua que se halla extendida por todo el mundo. Se trata de una patología popular, o folk illness, que recibe nombres similares en todas las lenguas del mundo: begizkoa en lengua vasca, mal de ojo en castellano, mauvais œil en francés…, siempre vinculada con el ojo humano como responsable. El principal mecanismo de transmisión es la mirada de algunas personas que tienen el poder de producir ese “mal” a niños de corta edad o seres vulnerables. Se supone que ciertos individuos proyectan con la mirada una energía misteriosa, que en euskera se le denomina adurra. La envidia, la maldición, del latín maledictio, o algunos rituales brujeriles pueden producir el mismo efecto.

Inicio del evangelio de san Juan utilizado como amuleto. Anton Erkoreka.

Amuletos contra el mal de ojo

Un amuleto es un objeto, a modo de escudo, que protege al niño o a la persona contra este “mal”. El más extendido son los llamados “evangelios” que consisten en un trozo de papel en el que está escrito un texto de la Biblia, generalmente el inicio del Evangelio de san Juan (“In principio erat Verbum…”) o algún texto en el que Jesús expulsa un demonio. Este iba envuelto en una bolsa de tela o algodón (hoy en día de plástico) y se llevaba a modo de escapulario o en el cochecito del niño. Se conseguía en determinados santuarios y conventos de monjas. También han cumplido esta misión las medallas religiosas de vírgenes o santos, las cruces de san Benito, la cruz de Caravaca, las higas… Igualmente se han utilizado la saliva, algunas piedras como el azabache o corales, las campanillas… Otros amuletos más antiguos, y que ya han desaparecido, consistían en bolsitas que contenían trozos del cordón umbilical del niño, estiércol de gallina, algunas plantas como el apio y la ruda, ceniza del hogar, etc.

Rituales de prevención

El ritual de prevención más conocido ha sido el de añadir una coletilla en la conversación cuando se le decía un piropo a alguien. Por ejemplo, si decían que un niño es muy guapo o muy hermoso, había que añadir la frase “Jainkoak bedeinka daiala!” (¡Que Dios le bendiga!), de esta manera el posible ‘mal’ quedaba neutralizado. En el caso de los animales, se añadía una frase similar, poniéndolo bajo protección de un santo, generalmente de san Antonio: “San Antoniok bedeinka daiala!” (¡Que san Antonio le bendiga!).

Otro ritual muy antiguo consiste en escupir, o hacer que se escupe, en dirección del aojador ya que la saliva siempre se ha considerado un potente revulsivo. Los bautizos “a la ventura” también tenían esta finalidad.

Anton Erkoreka – Etniker Bizkaia – Grupos Etniker Euskalerria

Para más información pueden consultarse: Tomo dedicado a Medicina Popular del Atlas Etnográfico de Vasconia; y Erkoreka, Anton. Begizkoa. El mal de ojo entre los vascos. Bilbao: Ekain, 1995. https://www.ehu.eus/documents/1970815/2421082/Mal+de+Ojo+-+Begizkoa

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