La festividad de San Antonio Abad se celebra en pleno invierno, el 17 de enero (el del 13 de junio es San Antonio de Padua). Una vez pasadas las Navidades, y de cara al ciclo de carnaval, hay una serie de fiestas que han estado muy enraizadas en la vida de nuestros baserritarras: junto con San Antón, la Candelaria el 2 de febrero, San Blas el día 3 y Santa Águeda el 5 del mismo mes. En todas ellas es común comer tostadas, y en cierto modo, todas ellas son parte del ciclo de carnaval que se acerca.
Refiriéndonos a San Antón, ha sido un santo querido ya que es protector de los animales. En los lugares en los que la ganadería tuvo influencia en la economía local, ha sido un santo de renombre y su festividad ha sido importante.
Las costumbres y ritos relacionados con ese día son muy variados: se hacía fuego la víspera, se ahumaban los animales con el tronco de Navidad, se bendicen alimentos y animales…
Además, ha sido común dar descanso a los animales ese día. Así, no se sacaban los bueyes a la huerta, en los molinos no se molía harina para no hacer trabajar a los burros, y si se cerraba algún trato, se utilizaba la fórmula San Antonek gorde daiala (que San Antón lo proteja).
Las hermandades de ganado han tenido por nombre Hermandad de San Antón en muchos casos, y ha sido habitual celebrar el día festivo o juntarse para hacer una comida.
En nuestro entorno, los baserritarras acudían a Urkiola, donde se hacía una feria importante y se bendecían los animales domésticos. Hoy se sigue haciendo la bendición del pan, en representación de las huertas y los alimentos. Antaño se bendecía también el agua y el aceite, así como los cencerros que se ponían al ganado. También se ofrecían velas y misas para proteger a los animales de casa.
En Mungia se celebra una gran feria, sobre todo el día siguiente, San Antontxu. Junto a la feria de ganado, se exponen hortalizas, máquinas y aperos, y todo tipo de productos relacionados con la agricultura. Es fiesta local, y tanto los lugareños como los de municipios cercanos la celebran por todo lo alto, el día propiamente dicho y el fin de semana.
En Garai, en la comarca del Duranguesado, han conservado la costumbre de hacer una subasta el mismo día de San Antón. La gente del pueblo lleva alimentos y bebidas de casa (tostadas, productos del cerdo, alubias, gallinas, sidra…). Durante la misa los bendicen, y después, los subastan en el pórtico de la iglesia. Lo más curioso es que, muchas veces, cada vecino puja por el género que él mismo ha aportado, por lo que los productos vuelven de nuevo a casa. El dinero recaudado se ha utilizado para distintos fines: para reparaciones de la parroquia, para algún acto benéfico a través de la iglesia o de algún grupo en concreto, por ejemplo, cuando ha habido alguna desgracia en el mundo.
Para finalizar, aportamos algunos dichos relacionados con San Antón: “San Antón, besugos al montón”; o “San Antonio, San Antonio txarria gaixo danean; San Antonio ez dau inok esaten odolostea jaten danean” (San Antonio, San Antonio se dice cuando enferma el cerdo; nadie dice San Antonio cuando come la morcilla).
Igone Etxebarria
Labayru Fundazioa