Santa Lucía nació en Siracusa (Sicilia-Italia). Según antigua tradición fue martirizada el 13 de diciembre durante la persecución de Diocleciano (303 d. C.). Lucía, prometida en esposa a un conciudadano, un día fue en peregrinación a Catania con su madre enferma para impetrar su curación ante el sepulcro de la mártir santa Águeda. Durante la celebración, las dos mujeres escucharon el fragmento evangélico donde se narra el episodio de la hemorroísa, que se curó al tocar el borde del manto de Jesús. Lucía, después de tocar con fe el sepulcro de la mártir tuvo una visión en la que Águeda le comunica la curación de su madre y su futuro martirio. De vuelta a Siracusa decidió renunciar al matrimonio y vender todos sus bienes para dárselos a los pobres. Su prometido le acusó de cristiana ante el gobernador Pascasio, quien la arrestó y condujo al tribunal. Fue condenada al martirio y antes de morir profetizó que iba a ser protectora de Siracusa. Sobre su sepulcro se construyó pronto una iglesia que se convirtió en lugar de peregrinación.
Iconografía: los atributos con los que se la representa en las imágenes son un plato con los ojos, y también una palma y una lámpara; menos frecuentemente con un libro, un cáliz y con la espada o puñal, instrumentos de su martirio, o con las llamas.
Protección: tradicionalmente, se ha solicitado de la santa la curación de enfermedades relacionadas con la vista. 16 son las ermitas vizcainas dedicadas a ella: en Gernika-Lumo, Munitibar, Mendexa, Muxika, Amorebieta (desaparecida), Etxano, Abadiño, Axpe, Durango (desaparecida), Elorrio, Igorre, Zeanuri, Barakaldo (desaparecida), Abanto-Zierbena (desaparecida), Galdames y Sopuerta.
En Santa Lucía, antigua advocación de san Cristóbal, en Igorre era costumbre frotar antes de la misa los párpados con aceite bendecido. Al terminar el acto religioso se procedía a secar el aceite con un paño que iba pasándose de unos a otros. La ermita de Santa Lucía de Labarrieta en Sopuerta se encuentra junto a la cueva que lleva su nombre. A ella se accede desde el interior de la ermita y tiene un saliente de roca. Los que padecían de dolencias de la vista se frotaban los ojos con polvo de esa roca, mientras pedían su curación.
Su fiesta se celebra el 13 de diciembre. En Bizkaia, además de protectora de la vista, lo es también de las modistillas o costureras y es costumbre que este día se reúnan a merendar o comer.
Gurutzi Arregi – Etniker Bizkaia – Grupos Etniker Euskalerria
Para más información pueden consultarse: Ermitas de Bizkaia (3 v.), Bilbao, 1987; y Origen y significación de las ermitas de Bizkaia, Bilbao, 1999.