Los seles originariamente fueron parajes de pastoreo amojonados donde pacían los ganados de los que cuidaban los pastores. En euskera para sel las denominaciones más comunes son korta y saroi. Disponían de un mojón en medio que llamaban piedra cenizal, haustarria, que tenía una cruz grabada en la cabeza y otros cuatro mojones que delimitaban la periferia colocados en los cuatro puntos cardinales.
En general presentaban forma circular pero también los hubo cuadrados y rectangulares. Los seles invernizos (korta nagusiak o korta osoak) estaban situados en lugares bajos y templados en tanto que los veraniegos (korta txikiak o korta erdiak) en altos. La significativa denominación en euskera de osoak (enteros) y erdiak (medios) nos muestra ya una pista sobre la magnitud de sus superficies respectivas. A la posesión de un pasturaje o derecho de pastos en la montaña correspondía antiguamente otra posesión o derecho de pastos en zona más baja de la misma comarca.
En algunos territorios los seles también han tenido la consideración de terrenos en parajes adecuados para que el ganado se resguardase en la majada y fuera lugar de refugio del ganado en caso de inclemencias del tiempo.
En Vasconia los seles se localizan en la zona atlántica y en la parte septentrional de la Vasconia mediterránea. Por lo que respecta a su orientación, en muchos lugares miran al este (egutera), en parajes donde hay más horas de exposición al sol.
Según se fue abandonando la vida pastoril más nómada y los ganaderos se fueron asentando, muchos de los antiguos pastizales fueron troceados y distribuidos en parcelas. Las voces sel, soro y korta han dejado un rastro importante en la toponimia y en los oicónimos. El historiador Iturriza aporta un dato de interés al señalar que la extensión de algunos seles es similar a la de muchos caseríos vizcainos que se hallan fundados precisamente sobre antiguos seles. También Barandiaran confirmó que en muchos lugares del País Vasco las chozas de los seles se convirtieron en casas de labranza.
Desde el punto de vista arqueológico Barandiaran ha probado que los seles recuerdan o reproducen la forma de los viejos crómlech pirenaicos. El área de las zonas del país donde hay seles veraniegos corresponde a los pastos de altura, como también la de los dólmenes y, en gran parte, la de los crómlech de la Edad de Hierro.
Segundo Oar-Arteta – Etniker Bizkaia – Grupos Etniker Euskalerria
Para más información, pueden consultarse las obras: Ganadería y Pastoreo. Atlas Etnográfico de Vasconia; Luix Mari Zaldua. Saroeak Urnietan. Urnieta: Kulturnieta, 1996.