Son muchas las localidades de Euskal Herria que celebran ferias y mercados singulares que tienen gran atracción para la gente de la comarca e incluso de lugares alejados.
Antiguamente estas ferias tenían un carácter más o menos periódico y en fechas determinadas lucían de forma especial y gozaban de gran predicamento. Así ocurre con los conocidos mercados del día de santo Tomás de Bilbao y Donostia, la conocida feria gipuzkoana del queso de Idiazabal de Ordizia, la Arrain Azoka del puerto pesquero de Bermeo, etc. Otro tanto cabe decir de la feria del último lunes de octubre de Gernika-Lumo.
La villa de Gernika y la anteiglesia de Lumo se unieron en el año 1882, dando como resultado la actual villa de Gernika-Lumo, si bien cada territorio siguió conservando su derecho propio, que recientemente ha sufrido importantes cambios.
Al ser Gernika-Lumo cabeza de la merindad de Busturialdea, la villa siempre ha destacado por su comercio, casas de comidas… Ha sido lugar al que los vecinos de la comarca e incluso de lugares más alejados han acudido a consultas médicas, asesorías, juzgado, etc.
Uno de los aspectos más sobresalientes de su vida vecinal es la feria agrícola que tiene lugar diariamente, pero con una incidencia particular los lunes. Este día de la semana siempre ha gozado de un gran colorido en la localidad. Hay un dicho popular mezcla de castellano y euskera que reza: Lunes guerniqués, golperik ez (el lunes guerniqués no se pega golpe), lo que hace que la semana sea más corta y llevadera.
Antaño, todos los lunes revestían de un gran colorido. El mercado era muy concurrido: las aldeanas de la zona llegaban con la vendeja cargada en el burro para venderla a quienes concurrían, fueran particulares, casas de comida o regateras para la reventa. A finales del verano y comienzos del otoño tenía lugar la gran cosecha de los productos del campo: alubia, pimientos, cebollas, tomate, lechuga, toda clase de fruta… Entonces el mercado —plazea o la plaza, como dice la gente— cobraba una significación especial. Acudían también vendedores ambulantes, charlatanes que animaban el día.
Todos los lunes de octubre eran destacados, pero sobre todo el primero y el último. El primero se celebraba después de la festividad de la Virgen del Rosario (7 de octubre), que más tarde pasaría a ser el primer lunes después del domingo del Rosario (primer domingo de octubre). Pero el grandioso es el último, que si coincide como este año entre dos festividades, resulta espectacular.
En ambas fechas solía haber partidos de pelota, pruebas de arrastre de bueyes, fuegos artificiales y otras muchas atracciones. Pero ahora el signo de la fiesta ha cambiado. Hoy día el recinto se ha ampliado a todo el pueblo y la concurrencia es excesiva porque se ha convertido en una suerte de manifestación folklórica a la que acude gente de todos los lugares y no está ceñido como en tiempos pasados a los vecinos de la comarca.
Segundo Oar-Arteta – Etniker Bizkaia – Grupos Etniker Euskalerria
Más información podrá encontrarse en el tomo de próxima publicación dedicado a la Agricultura del Atlas Etnográfico de Vasconia.