Apuntes de etnografía

Cuadrilla de vendimiadores. Moreda de Álava, 2015. José Ángel Chasco.

La vendimia supone al viticultor riojano alavés, al igual que le ocurre al estudiante con los exámenes de fin de curso, la prueba final a superar a todo un año de constante trabajo en el cuidado de las viñas: poda de sarmientos, cava y edra de cepas, labra de viñedos, espergura o escarda de vides, tratamientos fitosanitarios contra insectos y los temibles mildiu y oídio o ceniza, despunte de sarmientos, desniete de pámpanos y deshojamiento… La vendimia es el premio a todo un año de trabajo y preocupación.

La recolección de uvas llega en otoño, inundando de color y alegría a todos los pueblos de la agricultura mediterránea del País Vasco. El ciclo de la vid y la climatología son determinantes en el inicio de la vendimia. Primero, se corta la uva blanca, generalmente de la variedad viura, y, posteriormente, la uva negra de las variedades tempranillo (la más predominante), garnacha, mazuela y graciano. El refranero dice que «Por San Miguel las uvas has de coger”, y aunque en el presente año la vendimia se adelanta al mes de septiembre, lo más natural es que se haga en octubre.

Descargando uvas en la tolva de la bodega. Moreda de Álava, 2015. José Ángel Chasco.

Los tiempos y la globalización han hecho que la actual vendimia sea muy diferente a la que conocieron nuestros padres y abuelos. La vendimia ha cambiado y evolucionado. Quizás cabría mejor hablar más de corte de uvas que de vendimia. El comienzo de la vendimia, tiempos atrás, lo decidía cada ayuntamiento con los veedores de campo del municipio; ahora lo decide el Consejo Regulador de la Denominación Calificada de Origen Rioja y las grandes bodegas empresariales de la región. Antes, la vendimia se hacía en familia participando todos sus miembros (la madre en una cesta llevaba la comida al mediodía al marido e hijos, comiendo todos en el campo), en tanto que hoy es realizada por trabajadores por cuenta ajena: gitanos y obreros venidos del Magreb y de Portugal.

El trabajo manual de cortar los racimos con corquetes (pequeñas hoces de mano) y tijeras está siendo sustituido por la moderna maquinaria de las vendimiadoras. Los racimos ya no se sacan al hombro en pesados cestos, sino en sacauvas con el tractor. La uva se transporta en remolques bañeras a granel, las comportas de madera llevadas en carros y galeras arrastrados por caballerías son recuerdo del pasado. El romántico y bucólico sentido de la vendimia de otros tiempos ha sido sustituido por el comercial y lucrativo trabajo del presente, que hace que la vendimia hoy sea más un simple corte de uvas.

Vendimiador medieval en la iglesia de San Juan de Laguardia (Álava). José Ángel Chasco.

Rioja Alavesa, la comarca más meridional y mediterránea de Euskadi, cuenta con 13 300 ha de viñedo que producen entorno a los 89 millones de kilos de uva, de los cuales se obtienen 76 millones de litros de un excelente vino. El próximo 17 de septiembre en la localidad de Yécora se celebra la 24ª Fiesta de la Vendimia de Rioja Alavesa, que anualmente es itinerante y rotativa por todos los municipios riojano alaveses y por la Juntas Administrativas. El programa festivo es amplio y ameno con pregón de la vendimia, pisado de uvas de todos los pueblos, recorrido por puestos de bodegas de todas las localidades, degustando sus vinos, danzas, comida popular, deportes, parque recreativo infantil…

La vendimia forma parte del Paisaje Cultural del Vino y el Viñedo de Rioja Alavesa, declarado conjunto monumental por el Gobierno Vasco en el año 2014. Las palabras ‘vid’ y ‘vino’ derivan de los vocablos latinos vitis y vinus, que guardan una estrecha relación con vita ‘vida’. Por eso, para los griegos Dionisio y para los romanos Baco fueron los dioses de la vegetación y del vino, de la alegría, la vida y la vendimia.

José Ángel Chasco – Etniker Álava – Grupos Etniker Euskalerria

Para más información podrá consultarse el tomo dedicado a Agricultura (en prensa) del Atlas Etnográfico de Vasconia.