La obra, publicada por la editorial riojana Pepitas de Calabaza, constituye un paseo por la memoria rural de todas las comunidades autónomas a través de personas muy representativas de cada territorio: personas con valores, saberes perdidos, grandes dosis de humor y humanidad, y una filosofía de vida muy aprovechable en los tiempos actuales.
El periodista y escritor leonés Emilio Gancedo sacó a la luz el pasado mes de marzo el libro Palabras mayores. Un viaje por la memoria rural, obra que recoge el recorrido vital y literario que durante cerca de medio año realizó este autor por pequeños pueblos, villas, aldeas y caseríos de todas las comunidades autónomas del Estado. En esos lugares, alejados en su mayor parte de grandes núcleos de población, Gancedo mantuvo encuentros con 25 personas de las generaciones de la guerra y la posguerra, depositarias de una serie de conocimientos, actitudes ante la vida y valores hoy perdidos, olvidados o en desuso a pesar de la innegable vigencia con la que cuentan precisamente ahora, cuando la crisis y el individualismo a ultranza están erosionando gran parte del tejido social.
El libro, publicado por la editorial logroñesa Pepitas de Calabaza, tiene como protagonistas del capítulo dedicado a Euskadi al matrimonio formado por Crispín Arregi y Justa Oregi, ganaderos residentes en el caserío Sarria, ubicado entre las localidades vizcaínas de Garai y Berriz. El autor se puso en contacto con ellos gracias a Labayru Fundazioa, entidad que le asesoró de acuerdo con el perfil humano buscado por Gancedo. En el transcurso de un largo encuentro/tertulia, plasmado después en el capítulo titulado ‘La palabra vasca’, fueron desfilando temas como la antigua trashumancia vizcaína, la vida tradicional tal y como se desarrolló durante siglos en los caseríos dispersos, las relaciones humanas –noviazgo, casamiento, trabajo con los animales, mercado…– y las vivencias y vestigios, algunos de ellos no poco sorprendentes, de la guerra civil.
Uno de los aspectos que más le llamaron la atención al autor durante el encuentro fue la importancia otorgada por estos caseros a la palabra dada, al acuerdo oral sin necesidad de firmas ni papeles, y, por consiguiente, la sorpresa que les produce comprobar cómo hoy, en muchas ocasiones, se habla con demasiada ligereza, incumpliéndose promesas y compromisos. El capítulo quiere sintetizar, con un lenguaje muy literario, ese espíritu de libertad y de franqueza, de privacidad y a la vez de rico intercambio social, tan genuinamente vasco, de la misma manera que el autor ha pretendido hacer en cada uno de los episodios: alcanzar a tocar, de algún modo, la médula humana de los diferentes territorios hispánicos.
Palabras mayores ha recibido una gran acogida y en poco más de un mes se hizo necesario publicar una segunda edición. La editorial, que ha puesto a disposición la obra en librerías de todo el Estado, organizará próximamente actos de presentación en Euskadi.