El día 16 de febrero presentamos en la casa de cultura de Maruri-Jarabe el libro Maruri-Jatabeko baserriak. Al acto acudió numeroso público. Participaron en él el alcalde Erlantz Urresti, el Director de promoción de euskera de la Diputación Foral Isaak Amezaga, la directora de Labayru Fundazioa Igone Etxebarria y una de las autoras de la obra Ziortza Artabe. Además tuvo lugar la actuación de dos bersolaris del Taket bertso eskola, asicomo los txalapartaris del grupo Erraturie. Para finalizar el acto se ofreció talo a todos los asistentes.
El libro contiene el catálogo de los caseríos del pueblo, como complemento del vídeo publicado el pasado año. En total se han catalogado 90 caseríos construidos antes de 1900. Cada uno de ellos se ilustra con una foto y una ficha con información sobre la denominación estandarizada, los diferentes nombres o variantes que históricamente ha tenido, cómo se conoce oralmente, y las principales características o particularidades.
Este tipo de trabajos son necesarios porque los caseríos constituyen nuestro patrimonio, y en él está nuestra esencia, nuestra naturaleza e identidad. En el caso de los caseríos hay un patrimonio arquitectónico, en cuanto a su valor como edificio; pero por otro está el patrimonio inmaterial, intangible, que se refiere a la vida transcurrida en ellos, que se transmite de generación en generación, y que nos ha traído hasta aquí. Los caseríos son construcciones dedicadas a la vida de las familias, y se adecúan a las necesidades de éstas según las épocas.
En cuanto a la tipología, a lo largo de la historia se aprecia una clara evolución. Los caseríos más antiguos de Maruri-Jatabe datan del siglo XVI y se caracterizan por estar sostenidos por estructura de madera. En los siglos XVII-XVIII, sin embargo, predomina la piedra. Y hay también algunas excepciones que no encajan en los modelos